SAN PEDRO SULA. José Juan Abastida, un doctor ginecólogo de 44 años de edad, desempeña una loable labor dentro de Residencia Casa Mayor, el sitio perfecto para el cuidado de personas de la tercera edad en la ciudad industrial del país.
«Casa Mayor viene a ser una necesidad que en San Pedro Sula se requería, no había un lugar con todas las condiciones básicas para asistir a un adulto mayor y nosotros los atendemos como se merecen», comenzó diciendo Abastida.
Según el galeno, en Casa Mayor los ancianos tienen la posibilidad de compartir con otras personas, tienen asistencia médica, terapias de ejercicio y habla, así como otros servicios que terminan de afinar su permanencia dentro de la residencia mientras están ausentes sus parientes, ya sea por su trabajo o viajes fuera del país.
«Casa Mayor no es un asilo, es un hogar, aquí contamos con habitaciones privadas muy bien equipadas, camas de hospital, asistencia las 24 horas del día, con enfermeras calificadas y estamos siendo supervisados por la Secretaría de Salud y otros regímenes legales», aseveró el doctor sampedrano en entrevista.
Casa Mayor cuenta actualmente con 15 personas cooperando directa e indirectamente. El proceso parar elegir su personal se deriva desde un amor al prójimo, respeto, atención y un entrenamiento coordinado por la esposa del galeno, quien administra Casa Mayor.
«Yo manejo el área médica de Casa Mayor, aunque no paso acá, visito constantemente para la supervisión de nuestros ancianos, también tenemos otro doctor que viene todas las mañanas para revisar cómo se sienten y se encarga de dar las directrices a seguir a las enfermeras», destacó Abastida, quien también labora en el Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS) y en una clínica.
¿QUÉ SIGNIFICA CASA MAYOR?
«No vivo de Casa Mayor, sí de mi profesión. Recuerdo que hace tres años necesitaba un lugar para tener a mi abuela que tenía 102 años de edad, fue mi primera inquilina, ella me impulsó, no es lo mismo que un adulto mayor esté en un hogar con personas casi desconocidas, a estar en un sitio donde se sienta como en familia», puntualizó Abastida.
El propietario de Casa Mayor aseveró que ha tenido la oportunidad de salir en tres ocasiones al extranjero y visitar centros de este tipo para implementar muchas de esas ideas, lo que ha hecho que los ancianos se sientan como en casa, vivan sus días contentos y atendidos. Algunas de estas ideas son: barras de seguridad en los sanitarios, mecanismos de sillas de ruedas para llegar hasta el lugar donde se bañan, camas eléctricas y la forma en cómo eligen su personal.
¿CÓMO ES UN DÍA A DÍA EN CASA MAYOR?
Los ancianos se levantan entre 5:00 y 5:30 de la mañana, se bañan, reciben su desayuno, posteriormente interactúan, ya sea en el comedor o en el jardín. A las 10:00 am reciben una merienda, a las 12:00 el almuerzo, seguidamente forman parte de unas terapias o ejercicios, a las 5:30 pm cenan y finalmente entran a sus cuartos para sus siesta.
Por ahora, Casa Mayor esta casi llena en cuanto a sus huéspedes de entre los 75 y 103 años de edad. Sus parientes han quedado fascinados por el buen trato dentro de la residencia, puesto que además de la buena atención, el lugar posee un hermoso jardín y animales domésticos como entretenimiento para el adulto mayor.
SÉPALO
El precio es manejado de forma personalizada, este va en relación al padecimiento o la necesidad que tenga .
Sin duda, Casa Mayor cumple con las expectativas requeridas, desde un circuito cerrado, vigilancia las 24 horas, servicio de ambulancia, su posición geográfica es clave y la atención médica es de primer nivel.
HAY CELEBRACIONES
«Aquí se lleva un control de los cumpleaños de nuestros residentes, se trae pasteles, comida, música y vienen sus parientes a disfrutar con ellos. Cabe mencionar que acá hay ancianitos que tienen tres años de estar hospedados y otros de forma temporal, pues sus familias en muchos casos trabajan y no pasan en casa, aunque tengan una buena posición económica, no cuentan con la atención médica y comodidad que se necesita, Casa Mayor sí y es por ello que se convierte en la principal opción», remarcó Abastida.
El galeno comentó que junto a su familia asisten a varios asilos para apoyar con comida, piñatas, víveres y brigadas médicas. «Creo verdaderamente que la humildad es el hilo con que se desencadena la gloria, tenemos que retribuir a las personas que no pueden estar acá, eso también les he enseñado a mis dos hijos. Mi felicidad gira en la unión familiar, en cambio, las injusticias y la falta de oportunidades al más necesitado me quebrantan y me indignan», mencionó a Diario TIEMPO.
El también colaborador de brigadas médicas en las Fuerzas Armadas de Honduras (FF.AA) desde hace siete años, comentó que en unos años se mira retirado y disfrutando aún más al lado de su familia y mirando a sus hijos exitosos.
«Hay que ayudar sin compromiso, eso no tiene precio y es una felicidad tremenda, si uno no ayuda pasará por este mundo sin dejar un legado. Quiero ser recordado como cada quien lo quiera ver, pero soy amante del servicio, de la humildad y enemigo de las personas mal intencionadas», enfatizó.
«Estoy satisfecho de mi vida, Dios me ha permitido cumplir mis metas, pero hay una que es extensa y que hay que cerrar, es la de servirle al prójimo todos los días, no debemos ser como algunos que gozan de convocar a los medios para regalar una silla de plástico, pues las obras deben hacerse en silencio, en el cielo no hay publicidad», finalizó diciendo Juan Abastida, destacado médico de la ciudad.
IMÁGENES DE RESIDENCIA CASA MAYOR:
SEPA MÁS
Hablar del tema del adulto mayor es de lo invisible a lo visible, Honduras tiene una población de más de ocho millones, de las cuales unos 742.500. son adultos mayores de 60 años en adelante. Esto representa el 8.5% del total de la población, que deberían ser ejemplos de vida, sabiduría y experiencia. Ser portadores de cultura y de respeto, con vasta experiencia; atesoran innumerables momentos guardados en el recuerdo y a su vez tienen deseos, necesidades, derechos a disfrutar de un presente y de un futuro, en el que su visibilidad no sea historia de uno o dos de una nación, diferentes factores no han permitido visualizar la problemática del adulto mayor.
Al observar la poblacional de Honduras se percibe que los infantes, jóvenes y adultos constituyen la mayoría, mientras que la población de adultos mayores de 60 años constituye solamente un 8.5% del total. No obstante, cuando se analiza la relación de los ingresos conforme la edad en el hogar, los datos de la Encuesta de Hogares muestran que el 55% de los hogares son dirigidos por jefes adultos mayores un porcentaje muy fuerte en situación de pobreza; mientras que en el caso de los jefes adultos el porcentaje llega a 45%.
La población adulto mayor es una población que debe darse atención, debido a que, por transición demográfica se incrementa. Para los años futuros también se habrá alcanzado una mayor esperanza de vida y se habrá disminuido los índices de mortalidad y natalidad.
