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sábado, abril 12, 2025

Carreteras al borde del colapso: Semana Santa en peligro en cuatro departamentos

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Redacción. La llegada de la Semana Santa debería representar un respiro para las familias hondureñas y un impulso para el turismo nacional. Sin embargo, el estado crítico de varias carreteras principales en al menos cuatro departamentos del país amenaza con empañar la experiencia de miles de viajeros.

Además, la deficiente administración de los recursos por parte de las municipalidades y la falta de respaldo de las autoridades centrales reflejan, una vez más, el abandono sistemático de las instituciones responsables.

Carreteras en cuatro departamentos enfrentan graves daños a las puertas de la Semana Santa
Los tramos entre La Ceiba y Colón, y de El Progreso a Trujillo, presentan daños desde hace años, según viajeros.

De acuerdo con las incansables denuncias de los pobladores, las zonas con calles y carreteras en condiciones deplorables son:

  • Olanchito (Yoro)
  • Trojes (El Paraíso)
  • La Ceiba a Jutiapa (Atlántida)
  • Sabá (Colón).

En estas zonas se pueden observar grandes hoyos que parecen «cráteres», tramos sin pavimentar, aguas negras obstruidas y reparaciones superficiales. Estos defectos son la constante en rutas que deberían estar preparadas para permitir el tránsito de miles de turistas.

Ver video de las calles

 

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Entre los tramos más descuidados destaca está el que va de La Ceiba y Colón, así como la vía que va desde El Progreso, Yoro, hasta Trujillo, Colón, un trayecto que, según los viajeros, ha presentado múltiples daños desde hace varios años.

Olanchito, Yoro: una vía llena de trampas

En Olanchito, los conductores deben maniobrar con extremo cuidado para evitar los enormes baches que parecen haber sido ignorados por meses.

Para conocer más a fondo la situación, un equipo investigativo de Diario Tiempo se contactó con varios pobladores y conductores del lugar, quienes expresaron su malestar ante esta problemática.

Problemática en Olanchito, Yoro.

“Uno ya sabe dónde están los hoyos, pero si viene de noche o está lloviendo, es casi seguro que va a dañar el carro,” relata don Germán Suazo, taxista local. “Aquí lo que hacen es que tapan por encima con tierra o escombros, pero eso solo dura unos días.”

Los pobladores afirman que las reparaciones temporales solo se hacen cuando hay alguna visita oficial programada. “Cada vez que viene alguien del gobierno, ahí sí tapan, pero lo hacen con apuro y sin calidad,” denuncia Maritza Fúnez, comerciante del mercado local.

Además, varias alcantarillas están obstruidas, lo que provoca que las aguas negras se desborden sobre la vía, generando malos olores, mosquitos y una impresión lamentable para los visitantes.

Los baches son incontables en esta zona de Yoro.

Del mismo modo, los 218 kilómetros de la carretera CA-13 que separan El Progreso, en el departamento de Yoro, con La Ceiba, en Atlántida, también están severamente dañados.

Trojes, El Paraíso: caminos olvidados

En la zona oriental del país, específicamente en Trojes, El Paraíso, la situación no es diferente. En esta zona fronteriza con alto tránsito comercial y turístico, el abandono es palpable.

“Aquí no han venido a hacer nada desde hace más de un año. Solo promesas”, dice indignado el señor Daniel López, agricultor de la zona. “Nosotros tenemos que arreglar los accesos con palas y piedras para poder salir”.

Esta imagen enviada por un denunciante muestra el estado de una de las carreteras que conduce a El Paraíso.

En algunos tramos, los vehículos deben avanzar «a paso de tortuga» para evitar quedar atascados o sufrir daños graves. Las lluvias recientes han agravado aún más el estado de la vía, y no hay señales de intervención oficial.

Sobre esta zona, el Gobierno de Honduras junto a la municipalidad de Trojes han prometido desde hace algunos meses un proyecto de pavimentación. Sin embargo, esto continúa siendo una promesa incumplida, pese a décadas de espera por parte de la población.

“No hay nada todavía. Nosotros vivimos recibiendo todos los días la alegría de ese pavimento. No nos importa quién lo haga, pero el pavimento se lo deben a Trojes, se lo deben al departamento de El Paraíso”, expresó el representante municipal, Oscar Vásquez, para HRN.

Vásquez hizo un llamado enérgico a las autoridades centrales para que cumplan con la ejecución del proyecto, asegurando que se trata de una obra clave para el desarrollo económico de toda la región.

Según Vásquez, el proyecto de pavimentación se viene atrasando desde hace varios años.

“Hay más de 80,000 almas y voces desde acá, de Trojes, clamando. Estamos clamando para que por fin nos pavimenten la calles, algo que tanto venimos exigiendo que no solo beneficiará al pueblo, sino que a todo el país”, dijo.

Asimismo, recordó que un porcentaje importante de la producción nacional transita por este sector, y que la falta de infraestructura vial ha limitado el progreso y las oportunidades para miles de familias en El Paraíso.

De La Ceiba a Jutiapa: una ruta turística en decadencia

La carretera que conecta La Ceiba con Jutiapa debería ser una de las más cuidadas, considerando el flujo de turistas hacia las playas y balnearios del litoral atlántico. Sin embargo, la realidad es otra: grietas, baches y derrumbes son el pan de cada día.

“No entendemos cómo quieren fomentar el turismo si ni las carreteras principales están en condiciones,” comenta indignado Jorge Pineda, dueño de un hotel en la zona. “Yo he tenido turistas que me llaman preguntando si hay otra ruta, porque no quieren arriesgar su carro.”

Estas afectaciones ya han provocado varios accidente en la zona.

Además, varios residentes reportan aguas negras estancadas que cruzan la carretera. “Huele feo, es un foco de infección. Y aquí hay niños, hay negocios… nos tienen abandonados,” afirma la señora Zulma Cálix, quien vive a la orilla del tramo más dañado.

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Sabá, Colón: entre la negligencia y el peligro

En Sabá, el estado de la carretera representa un peligro constante, sobre todo para motociclistas y peatones. Aunque es un paso obligado hacia varios municipios productivos y turísticos, las reparaciones son prácticamente inexistentes.

Imágenes recientes evidencian el grave deterioro del asfalto, con numerosos huecos llenos de agua.

“Hace dos semanas un muchacho se cayó de la moto por un hoyo. Gracias a Dios solo se golpeó, pero pudo ser peor,” recuerda doña Rosario Aguilar, residente de la zona. “Llamamos a la municipalidad y nos dijeron que iban a venir, pero no han hecho nada”.

Aquí, la carretera parece un campo minado. Cada bache puede causar un accidente o daño serio a los vehículos. Y a pesar del evidente deterioro, no hay señales, iluminación ni presencia de personal vial.

Aparte de Sabá, también la zona de Balfate, en Colón, se encuentra anegada, según denunciantes.

Tramo La Ceiba – Colón: el olvido institucional

El trayecto entre La Ceiba y Colón es otro reflejo del abandono institucional. Este es uno de los corredores más importantes para el comercio local, pero los baches son tan grandes que varios conductores aseguran haber dañado sus suspensiones y llantas en más de una ocasión.

Las lluvias agravan el problema, llenando de agua los huecos en el asfalto y dificultando el tránsito.

“Uno siente que el carro se va a partir en dos. Y lo más triste es que esta vía es clave para el turismo, para los negocios. Pero nos tienen como si fuéramos invisibles”, dice molesto Marvin Castellanos, conductor de bus interurbano.

Las reparaciones que se han hecho en algunos puntos son solo superficiales. “Tiran asfalto por encima, pero a la semana ya se está cayendo. No es justo”, agrega.

Una mala impresión para los visitantes

Con la llegada de la Semana Santa, se espera un aumento significativo de turistas nacionales e internacionales, muchos de los cuales tendrán que transitar por estas rutas. Lejos de ofrecer una experiencia agradable, las condiciones de las carreteras representan un riesgo, un gasto adicional y una mala impresión del país.

“Nos cuesta tanto atraer turistas, y cuando vienen se encuentran con esto. Es como decirles: ‘Gracias por venir, pero no nos importa su seguridad’”, señala indignado un guía turístico de la zona de Atlántida.

Pobladores denuncian abandono estatal, especialmente en zonas turísticas clave.

En varias zonas, los pobladores coinciden en que solo se ve movimiento de maquinaria cuando hay eventos públicos o alguna autoridad se acerca, pero las obras no tienen durabilidad ni planificación real. En otras, simplemente no ha llegado ninguna intervención en más de un año.

La falta de mantenimiento regular, de supervisión técnica y de rendición de cuentas ha dejado a muchas comunidades a su suerte. Y, mientras tanto, los hondureños siguen pagando impuestos y lidiando con las consecuencias.

Debido a la problemática que enfrentan estas zonas del país, Diario Tiempo consultó a varios expertos en infraestructura, quienes ofrecieron algunas recomendaciones para solucionar las deficiencias en los accesos a áreas turísticas afectados.

En su mayoría, los expertos recomendaron:

  • Intervenciones de emergencia con materiales de calidad.
  • Limpieza inmediata de alcantarillas y drenajes.
  • Señalización temporal en los tramos más peligrosos.
  • Planificación de obras de mediano y largo plazo con participación comunitaria.

Además, es urgente que las autoridades municipales y la Secretaría de Infraestructura y Transporte (SIT) rindan cuentas sobre el presupuesto destinado al mantenimiento vial y sus ejecuciones reales.

Para evitar accidentes, pérdidas humanas o un impacto negativo en el turismo nacional, es urgente que las autoridades intervengan de inmediato en estas zonas afectadas. No se trata solo de mejorar la imagen del país ante los visitantes, sino de garantizar la seguridad de miles de hondureños que transitan a diario por estas vías.

Expertos en infraestructura recomiendan intervenciones urgentes, para evitar mayores afectaciones económicas y de movilidad.

Según datos de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), más del 65 % de las calles y carreteras en Honduras presentan algún grado de deterioro, y al menos el 40 % están en condiciones críticas con baches, hundimientos o falta total de mantenimiento.

Mientras no se tomen acciones concretas, el deterioro seguirá avanzando, cobrando factura no solo a los vehículos, sino también a la vida y el desarrollo del país.

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