REDACCIÓN. Un ciudadano hondureño fue detenido en Boston, Massachusetts, durante una redada masiva llevada a cabo por el Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés), como parte de una operación que ha resultado en casi 500 arrestos en un lapso de 33 horas, en varios estados de Estados Unidos.
Según informes oficiales, al hondureño lo habían deportado previamente, por estar acusado de violar a una mujer mientras la amenazaba con un arma en la boca.
En el marco de esta misma operación, también arrestaron a un ciudadano haitiano por un delito similar de agresión sexual. Estas detenciones forman parte del enfoque del ICE denominado “Los peores primero”, que prioriza la captura de extranjeros con antecedentes criminales graves.
La operación comenzó el martes 21 de enero. Y ha resultado en la detención de más de 300 migrantes clasificados como “graves criminales” solo en su primer día.
Estas redadas forman parte de las medidas estrictas impulsadas por el gobierno de Donald Trump, quien en su primer día como presidente declaró una emergencia nacional en la frontera con México. Esta acción permitió el despliegue de fuerzas militares en la frontera para frenar lo que describió como “formas de invasión”, refiriéndose al flujo migratorio.
Función del ICE en las redadas
El ICE, organismo encargado de estas operaciones, tiene como misión identificar y capturar a extranjeros indocumentados considerados removibles, además de ejecutar su deportación cuando sea necesario.
Las acciones del ICE no solo buscan la detención de migrantes sin documentos, sino también garantizar que aquellos con antecedentes criminales severos enfrenten las consecuencias legales correspondientes antes de sacarlos del país.
Alarma
Estas redadas masivas han generado preocupación entre organizaciones de derechos humanos y grupos defensores de migrantes.
Muchos cuestionan las tácticas agresivas y el impacto de estas políticas en las comunidades migrantes. Sin embargo, las autoridades del ICE defienden sus acciones, argumentando que priorizan la seguridad pública al enfocarse en los casos más graves.
Las detenciones continúan, mientras cientos de familias permanecen en incertidumbre ante las operaciones en curso y el endurecimiento de las políticas migratorias en Estados Unidos.