Redacción. Lo que en un inicio fue reportado como un hecho de brutalidad por parte de un ayudante de bus, terminó siendo parte de una escena aún más compleja: un intento de asalto en una unidad de transporte público, que provocó que una pasajera se lanzara del vehículo en marcha por temor a ser robada.
Los hechos ocurrieron la tarde del miércoles en el sector de Río Blanco, en el boulevard del norte de San Pedro Sula, cuando una mujer se tiró del bus que cubre la ruta hacia Puerto Cortés.
En videos que rápidamente se viralizaron en redes sociales, se ve a la víctima tendida en el pavimento mientras un taxista la auxilia.
Testigos relataron que dentro de la unidad tres hombres intentaron despojar de sus pertenencias a los pasajeros. Fue entonces que, presa del pánico, la mujer decidió lanzarse del bus en movimiento para evitar ser víctima del asalto.
Al percatarse de lo sucedido, varios pasajeros y personas que transitaban la zona reaccionaron con furia. Lograron detener la unidad pocos metros adelante y redujeron a golpes a uno de los presuntos delincuentes, un joven de 23 años.
Intervención de la Policía Nacional
La situación obligó a la intervención inmediata de la Policía Nacional, que detuvo al sujeto y lo trasladó a un centro médico antes de llevarlo a una posta policial en Armenta.
Según el subinspector Alejandro Valladares, portavoz de la Policía en la zona norte, se verificó que el detenido no presentaba fracturas ni lesiones graves. Sin embargo, explicó que no se ha podido formalizar ninguna acusación porque, hasta el momento, ningún ciudadano ha interpuesto una denuncia oficial.
“La ausencia de una denuncia limita las acciones legales. Si nadie denuncia, este individuo podría quedar en libertad en las próximas horas”, advirtió Valladares, haciendo un llamado a las víctimas a dar el paso y formalizar su acusación.
Llevaron a la mujer agredida a un centro asistencial, y su estado se mantiene estable. Este nuevo incidente vuelve a encender las alarmas sobre la inseguridad en el transporte público y deja en evidencia la vulnerabilidad de los usuarios ante la criminalidad cotidiana.