Eta e Iota: capitán de aviación se perdió la graduación de su hijo por salvar vidas

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capitán de aviación Eta Iota
Imagen de referencia.

TEGUCIGALPA, HONDURAS. Esdras Eleazar Hernández Cárcamo, originario de Goascorán, Valle, es un capitán de aviación que ayudó a cientos de hondureños que se vieron afectados por los fenómenos tropicales Eta e Iota y que sacrificó tiempo con su familia para solidarizarse con sus hermanos catrachos.

De acuerdo con Hernández Cárcamo, dese niño soñó con pilotear un avión, hoy su anhelo se materializó y lleva 15 años de servicio en las Fuerzas Armadas de Honduras (FFAA), profesión que le permitió tender su mano a los damnificados en la zona norte del país.

En una entrevista a un medio local, el capitán contó que, «antes de cada misión le pedimos a Dios que nos lleve a las personas que más lo necesitan». Al tiempo que recordó el drama que los compatriotas pasaron tras las inundaciones.

El valiente hondureño estuvo casi un mes en misión, esto lo alejó de su familia y durante ese tiempo, se perdió la graduación de preparatoria de su hijo menor.

«Tengo tres hijos: Alejandra, Nathalie y Aarón, el más pequeño de cinco años, siempre me pregunta que cuándo voy a terminar de rescatar personas. En muchas de las misiones, solo pensaba en mi familia, que podían ser ellos, por eso no desistimos en nuestros trabajos y no paramos hasta evacuar a todos los que fueran posible», expresó.

El capitán dijo que nunca olvidará los rostros de las personas, principalmente el de madres o padres con niños recién nacidos, que alzaban sus brazos, con el agua hasta el cuello. Ellos trataban de salvar a sus hijos, gritaban desesperados.

«Sueño episodios de lo vivido»

Por otro lado, el capitán reveló que tiene sueños recurrentes de los episodios que vivió durante su misión en Eta e Iota.

«Fueron tantas experiencias que aún sueño con los episodios vividos, querer salvar a toda las personas con el agua hasta el cuello. Se nos hacía un nudo en la garganta, por la impotencia y frustración de querer salvarlos a todos», continuó diciendo, invadido por la tristeza.

A reglón seguido, recordó el caso de una señora que «cuando la llevamos a un lugar a salvo se acercó a nosotros, me tocó la pierna y unió sus manos, se inclinó y nos agradeció».

Hernández sostuvo que, pese a tener la preparación y vocación de servicio, lo que vivió en Eta e Iota, sobrepasó sus expectativas. «Lo que nunca imaginé fue ver a tantas personas pidiendo que las salvaran, hemos estado en muchas misiones, pero en ninguna como esta».

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Rescates extremos

Además, contó que durante los rescates casi pierden a un miembro de su equipo. El hecho ocurrió en el sector de San Juan, en el municipio de La Lima; el compañero se lanzó del helicóptero para salvar a dos mujeres que estaban a punto de dar a luz.

Según relató Hernández, los pilotos hicieron maniobras como vuelos estacionarios, debido a que en algunos lugares no había forma de aterrizar. «Se corren muchos riesgos, no es lo mismo bajar a tierra firme, que hacerlo sobre el agua. En esas condiciones, hay obstáculos como alambres, postes, que con un movimiento leve, puede poner en peligro toda la misión y a nuestra tripulación«, explicó el oficial.

Finalmente, el uniformado indicó que son varias las «odiseas» que pasaron para rescatar y enviar provisiones a los afectados, pero que cada acción valió la pena para ayudar a su pueblo hondureño que necesitaba ayuda durante las inundaciones.


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