Redacción. Diversos estudios científicos han explorado la posible relación entre la frecuencia de la actividad sexual masculina y el riesgo de desarrollar cáncer de próstata. Los resultados hasta ahora han sido contradictorios, lo que impide establecer una conclusión definitiva.
Una investigación de la Universidad de Nottingham examinó los antecedentes sexuales de hombres diagnosticados con cáncer de próstata antes de los 60 años e identificó una mayor frecuencia de masturbación durante la tercera década de vida entre los pacientes con la enfermedad, en comparación con un grupo control sin diagnóstico.
Los autores del estudio plantearon la hipótesis de que niveles elevados de hormonas sexuales podrían estar vinculados tanto a un mayor deseo sexual como a una mayor susceptibilidad a desarrollar cáncer prostático.
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Evidencia de un efecto protector
Otros trabajos científicos señalan que una mayor frecuencia de eyaculaciones podría tener un efecto protector frente al cáncer de próstata. Un estudio longitudinal, con una muestra de 31,925 hombres, concluyó que aquellos que eyaculaban más de 21 veces al mes presentaban un riesgo significativamente menor de desarrollar esta enfermedad.
El mecanismo propuesto sugiere que la eyaculación frecuente contribuye a eliminar secreciones prostáticas que podrían contener agentes potencialmente cancerígenos.
Adicionalmente, una investigación reportó que los hombres con entre 0 y 3 eyaculaciones mensuales tenían una mayor probabilidad de desarrollar tumores prostáticos, en especial de tipo localmente avanzado, en comparación con quienes superaban las cuatro eyaculaciones al mes.
Consideraciones adicionales
La evidencia actual sobre la relación entre actividad sexual y cáncer de próstata es mixta y no permite establecer una recomendación universal.
Además de la frecuencia de la actividad sexual, factores como la edad, antecedentes familiares, dieta, nivel de actividad física y exposición a toxinas también influyen en el desarrollo de la enfermedad.
Síntomas clínicos del cáncer de próstata
En etapas iniciales, el cáncer de próstata suele ser asintomático. Sin embargo, en fases avanzadas pueden manifestarse:
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Disuria y alteraciones en el patrón miccional (flujo débil, intermitente o frecuente).
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Hematuria o hematospermia.
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Dolor pélvico o lumbar.
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Disfunción eréctil.
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Dolor o molestia al eyacular.
Las autoridades sanitarias recomiendan mantener un control urológico regular, especialmente a partir de los 50 años o antes si existen antecedentes familiares. La prevención debe abordarse desde una perspectiva integral, considerando todos los factores de riesgo conocidos.
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