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viernes, junio 20, 2025

Cáncer de útero: señales de alerta y factores que aumentan el riesgo

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Redacción. Entre los tipos de cáncer ginecológico más frecuentes en mujeres se encuentra el cáncer de útero, especialmente aquel que afecta su revestimiento interno, conocido como endometrio.

Este tipo de tumor, que supera en incidencia al cáncer de cuello uterino, es el cuarto más común en la población femenina, según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM).

A pesar de su prevalencia, el cáncer de útero tiene una ventaja frente a otros tumores pélvicos: suele diagnosticarse en fases tempranas, lo que mejora significativamente el pronóstico. Sin embargo, los expertos coinciden en que aún falta mucho por entender sobre su origen y progresión.

Este tipo de cáncer aparece, en el 90 % de los casos, en mujeres mayores de 50 años. Su aparición coincide habitualmente con el fin de la menstruación y el inicio de la menopausia, cuando los niveles hormonales cambian de manera drástica.

Diversos estudios han identificado múltiples factores de riesgo, muchos de ellos hormonales o metabólicos.

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¿Cómo se desarrolla?

El cáncer de útero se origina cuando las células del endometrio comienzan a crecer de forma descontrolada. A diferencia del miometrio (la capa muscular que permite las contracciones durante el parto), el endometrio se renueva mes a mes con cada ciclo menstrual. Su función es preparar el entorno adecuado para una posible gestación, pero cuando no hay embarazo, es eliminado por medio del sangrado menstrual.

Cuando este proceso se altera, ya sea por desequilibrios hormonales o por factores genéticos, puede desarrollarse una tumoración maligna.

Tipos principales

De acuerdo con la American Cancer Society, el cáncer de útero puede manifestarse en distintas formas, siendo el adenocarcinoma el tipo más común. Otros tipos menos frecuentes incluyen:

  • Carcinoma de células escamosas

  • Carcinoma de células pequeñas

  • Carcinosarcoma uterino

  • Carcinoma seroso

  • Carcinoma transicional

Señales de alerta: ¿cómo saber si algo no va bien?

A diferencia de otros tipos de cáncer ginecológico, el del útero suele presentar síntomas visibles en etapas tempranas, lo que permite una detección más rápida si se presta atención a las señales. Estas son las más frecuentes:

1. Sangrado vaginal anormal

Es el síntoma más común. Puede manifestarse como flujo con sangre fuera del periodo menstrual o después de la menopausia. Cualquier sangrado en una mujer ya menopáusica debe considerarse una señal de alerta.

2. Sangrados más intensos

En mujeres mayores de 40 años, el aumento en la cantidad o duración del sangrado también debe ser motivo de consulta. Aunque puede atribuirse a causas benignas, conviene descartar un origen tumoral.

3. Dolor pélvico persistente

La presencia de molestias en la parte baja del abdomen, calambres que no ceden con analgésicos o dolor pélvico crónico sin causa aparente también son síntomas a los que se debe prestar atención.

¿Qué factores aumentan el riesgo?

La ciencia médica ha identificado factores hormonales y metabólicos que pueden aumentar el riesgo de padecer este tipo de cáncer. Entre ellos:

  • Terapia de reemplazo hormonal con estrógenos sin progesterona.

  • Uso de medicamentos como el Tamoxifeno, usado en el tratamiento del cáncer de mama.

  • Obesidad, diabetes y presión arterial alta.

  • Síndrome de ovario poliquístico (SOP) y ciclos menstruales irregulares.

  • Menstruación precoz o menopausia tardía (después de los 50 años).

¿Cómo se detecta?

A diferencia del cáncer de cuello uterino, el cáncer de útero no puede identificarse con una citología vaginal, aunque esta puede revelar pistas. Por eso, si se presentan síntomas o hay sospecha médica, existen pruebas específicas que permiten una detección más precisa:

  • Biopsia endometrial: consiste en tomar una muestra del tejido interno del útero para su análisis.

  • Ultrasonido transvaginal: permite observar el grosor del endometrio y posibles masas.

  • Histeroscopia: se introduce una pequeña cámara en el útero para visualizar posibles anomalías.

  • Resonancia magnética: útil para valorar si el cáncer se ha extendido a otras zonas.

La ciencia médica sigue avanzando en comprender los mecanismos moleculares detrás de este tipo de cáncer.

El cáncer de útero, aunque frecuente, puede detectarse a tiempo si se reconocen los síntomas y se actúa con rapidez. Escuchar al cuerpo, prestar atención a cambios anormales y acudir al médico ante cualquier duda son pasos clave para un diagnóstico temprano.

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