AFP. El canal de televisión ecuatoriano que habían tomado varios hombres armados reanudó este jueves la transmisión de su noticiero central, expresando el agradecimiento a las fuerzas de seguridad que liberaron a periodistas y trabajadores.
Con la voz quebrada y al borde del llanto, la presentadora Saskia Bermeo agradeció «a las fuerzas militares y policiales por su profesionalismo y trabajo impecable» el martes, cuando unos 15 criminales irrumpieron durante la transmisión en directo de TC Televisión portando armas y granadas.
Bermeo, desde el estudio en la sede de Guayaquil, señaló que los uniformados «en menos de 15 minutos sometieron a quienes pretendieron sembrar el terror y controlaron estas instalaciones».
Tras el ataque, en el que se pudo observar como apuntaron a periodistas y les colocaron un taco de dinamita, se suspendió la señal.
Las imágenes dieron la vuelta al mundo y sembraron el pánico en Ecuador, que vive días de terror por una arremetida del narcotráfico en cárceles y calles.
Reanuda transmisión
«El noticiero está de vuelta aquí en el mismo espacio donde quisieron silenciarnos», expresó Bermeo, de pie en el set y luciendo un traje oscuro.
Agregó que los trabajadores del canal regresaron «con más fuerza y más comprometidos» con la gente, que «confía en este equipo dedicado a informar con veracidad, transparencia, oportunidad y que hoy mismo se levanta con valentía».
La incursión en el canal no dejó muertos, pero dos trabajadores resultaron heridos. La policía detuvo a 13 responsables.
Tras el ataque a TC Televisión, el presidente Daniel Noboa declaró un «conflicto armado interno». Y ordenó a las fuerzas armadas» neutralizar» a los integrantes de una veintena de bandas criminales a las que calificó de «terroristas».
Desde entonces, más de 22.400 militares están desplegados en el país, donde rige un toque de queda de seis horas durante la noche y madrugada.
Ubicado entre Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína, Ecuador fue durante muchos años un país a salvo del narco. Sin embargo, en los últimos tiempos se ha transformado en un nuevo bastión del tráfico de droga con bandas enfrentadas por el control del territorio. Todas están unidas en guerra contra el Estado.
En los últimos cinco años, la tasa de homicidios por cada 100.000 habitantes pasó de 6 a 46 hasta 2023.