Redacción. La disputa por la tenencia de la tierra en Colón ha generado décadas de violencia, dejando hasta la fecha alrededor de 200 muertos. Según el alcalde de Tocoa, Adán Fúnez, el conflicto involucra a grupos criminales, narcotraficantes y políticos, lo que ha agudizado la crisis en los últimos meses.
Las organizaciones campesinas denunciaron lo que consideran una estrategia para desarticular la lucha campesina e indígena en el país. «Mujeres, hombres y niños viven el terror cada día, y la situación ha empeorado en los últimos días de enero», advirtió un campesino.
Los movimientos campesinos criticaron al gobierno por no responder a la crisis en Colón, acusándolo de «complicidad» ante la violencia.
Según un representante de los campesinos, la Policía Nacional en el valle del Aguán «no interviene en favor de la vida» de los defensores de la tierra, mientras que el sistema judicial no captura a los líderes de los grupos armados que aterrorizan a las familias campesinas.
Además, señalaron el incumplimiento de los acuerdos firmados en 2022 entre el gobierno y la Plataforma Agraria, los cuales buscaban solucionar la crisis agraria.
«El Estado tiene plena información sobre la gravedad de la situación, pero no responde a la altura de esta crisis letal», reclamaron.
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Asesinatos recientes y llamado a la solidaridad
El movimiento campesino expresó su indignación por el asesinato de José Luis Hernández y Suyapa Guillén, miembros de la cooperativa Gregorio Chávez, en un ataque ocurrido el viernes en la comunidad de Rigores, Colón.
Ante la escalada de violencia, las organizaciones hicieron un llamado a la solidaridad nacional e internacional.
«La gente del Aguán no está sola. Urgimos a todas las organizaciones y colectivos a unirse para proteger la vida de las familias campesinas que hoy están bajo fuego«, concluyeron.