Redacción. Jackeline Redondo Vásquez, conocida como Jacky Redondo, es una destacada presentadora hondureña que ha logrado construir una carrera admirable combinando su pasión por la comunicación, la educación y el empoderamiento femenino.
Con dos carreras universitarias y una maestría, Jacky trabaja en el reconocido programa Hoy Mismo de Televicentro, donde es productora de la sección política Mirada Electoral. Además, desempeña el cargo de directora de Relaciones Institucionales en la Universidad Tecnológica de Honduras (UTH) y es docente en el área de maestría.
Su impacto va más allá, pues también es facilitadora de un programa para mujeres emprendedoras auspiciado por la UTH y el gobierno de Estados Unidos.
A lo largo de su trayectoria, Jacky ha demostrado que el éxito no está exento de sacrificios. Desde joven combinó el trabajo con los estudios, enfrentándose a jornadas intensas que le permitieron alcanzar sus metas sin perder de vista la humildad y el aprendizaje constante. Su dedicación y disciplina le han permitido destacar no solo en el periodismo, sino también como un referente de inspiración para las nuevas generaciones.
En esta entrevista exclusiva, Jacky comparte detalles de su vida profesional, personal y consejos para enfrentar los desafíos de la comunicación en Honduras. A continuación, te presentamos una recopilación de sus respuestas más reveladoras:
¿Cómo se siente Jacky Redondo al tener tantos logros en su carrera?
Soy bien disciplinada, entonces trato de informarme constantemente. Me apoyo mucho en las redes sociales para mantenerme al día, y todas las noches veo noticieros. Cuando hay sesión en el Congreso Nacional, reviso las agendas para identificar temas relevantes. Sin embargo, hay días en los que siento que llevo muchas cosas a la vez. En esos momentos, mi válvula de escape es Dios. Me tomo un tiempo para orar y mi esposo también es un gran apoyo. Además, me gusta viajar, el turismo es mi forma de desahogarme.
¿Ha tenido dificultades en el camino?
Claro que sí. Desde los 17 años he trabajado, y hubo un tiempo en el que tenía dos empleos y estudiaba en la universidad. Aunque fue difícil, siempre me mantuve firme en mis objetivos. La clave ha sido no perder la humildad y rodearme de personas que aporten algo positivo a mi vida.
¿Cómo puede sobrellevar la vida de un comunicador social en Honduras?
Hasta ahora no he tenido problemas graves con la libre expresión, aunque sí hay detractores debido a mi vinculación familiar con personas en el gobierno. Creo que la tolerancia es fundamental y que como comunicadores nos debemos a la gente.
¿Cuál ha sido el canal en el que ha tenido que dar más esfuerzo?
Definitivamente, Hoy Mismo. Cuando comencé como reportera, trabajaba de 8:00 a.m. a 8:00 p.m. Los reportajes pasaban por una revisión rigurosa con el licenciado (Edgardo) Melgar, y a veces trabajaba fines de semana. Fue un gran aprendizaje, pero también un gran sacrificio.
¿Es amante del deporte? ¿Cuáles son sus equipos favoritos?
Sí, me gusta mucho el fútbol. Soy olimpista y seguidora del Barcelona.
¿Cuál es su comida favorita?
A mí me encanta la tortilla con quesillo, acompañado de chismol. Además, el pozol es mi bebida preferida.
¿Cómo va con su salud y su pérdida de peso?
He bajado cuatro libras, aunque cuesta bastante. La edad no perdona, pero sigo trabajando en ello.
A sus 38 años, ¿qué opina de la evolución del periodismo y las comunicaciones?
He vivido la transición de la vieja escuela a la nueva. Antes se cuidaba mucho la redacción y la parte intelectual, mientras que ahora las redes sociales y las plataformas digitales juegan un rol crucial. Ha sido un cambio completo.
¿Qué consejo daría a los jóvenes sobre cómo escoger pareja?
El tiempo de Dios es perfecto. Cuando alguien llega a tu vida para bien, lo hace sin complicaciones y viene a sumar. Mi consejo es que siempre pongan a Dios al centro de todo.
¿Se arrepiente de algo en su carrera?
No, en cada lugar donde he estado he aprendido algo valioso y conocido personas maravillosas.
¿Cómo era Jacky en su época de estudiante?
Nunca fui estudiante a tiempo completo por mucho tiempo, solo seis meses. Rápidamente comencé a trabajar, y pasaba del empleo a la universidad. Algunas materias, como redacción, me costaron, pero siempre me esforcé al máximo.