Redacción. Una gran multitud de hondureños se volcó a las calles este sábado para participar en una histórica caminata de oración por la paz, la unión y la democracia del país.
Convocadas por la Conferencia Episcopal de Honduras y la Confraternidad Evangélica, las caminatas se realizaron simultáneamente en ciudades como Tegucigalpa (Francisco Morazán), San Pedro Sula (Cortés), Comayagua (Comayagua), Gracias (Lempira), La Ceiba (Atlántida), Choluteca (Choluteca), Danlí (El Paraíso) y Yoro (Yoro), mostrando un despliegue histórico de fe y solidaridad.
Se estima que más de dos millones de personas participaron a nivel nacional, convirtiéndose en una de las movilizaciones más grandes de los últimos años.
Desde temprano, los fieles comenzaron a congregarse en diferentes puntos del país. En Comayagua, la marcha se llevó a cabo en dos jornadas. La primera inició a las 9:00 de la mañana con cantos, lectura de la palabra y mensajes de fe, con personas de distintos sectores del departamento central.
“Vinimos por la paz de Honduras”, expresó uno de los participantes. La segunda jornada se realizó a las 2:00 de la tarde.

En Gracias, Lempira, los feligreses se reunieron desde las 10:00 de la mañana, vestidos con camisas de colores y orando por la nación, mostrando la diversidad y el entusiasmo de los hondureños que se sumaron a la jornada.
Fe y emoción
En la capital, la caminata fue encabezada conjuntamente por el pastor Gerardo Irías y el arzobispo José Vicente Nácher. Aunque la convocatoria oficial era a las 2:00 p. m., los protocolos y preparativos comenzaron desde el mediodía, y la movilización arrancó a las 2:30 p. m., partiendo desde el puente desnivel cercano a la Marina Mercante.
El pastor Irías, quien asistió con un chaleco antibalas luego de amenazas que ha denunciado, inició la caminata con palabras de fe. “Padre, iniciamos esta caminata dándote a ti la gloria, gloria y honor a ti y al Espíritu Santo”, dijo.
Durante el Himno Nacional, se mostró conmovido y con lágrimas en su rostro dijo estar feliz. “Dios ha sido bueno y el pueblo de Honduras le dice a Cristo que lo ama. Me siento conmovido al ver al pueblo de Dios caminar a favor de Dios, nada más, solo pensando en Honduras” externó, mientras recibía un abrazo por parte del azrobispo Nácher.

El ambiente fue ameno y familiar. Familias completas, jóvenes, ancianos y niños participaron con banderas y pancartas con mensajes como “Oremos por Honduras” y “Unidos por la familia”. Muchos manifestaron sus deseos de un país unido y en paz.
“Nosotros queremos la paz de Honduras y poder heredarle a nuestras generaciones una Honduras nueva”, manifestó una madre que marchaba. “Nuestro país debe estar unido, amamos nuestra democracia; ojalá que Jesucristo se torne en el corazón de cada uno de ellos”, expresó otro asistente.
La seguridad en Tegucigalpa estuvo a cargo de 500 policías, mientras que el sector transporte puso a disposición casi 250 buses para apoyar la movilización, tanto en la capital como en las demás regiones donde se realizaron las caminatas.
Unidos por la misma causa
En San Pedro Sula, la multitud llenó las calles, con un ambiente similar al de Tegucigalpa. El pastor Denis López, presidente regional de la Confraternidad Evangélica, comentó: “Este pueblo de Dios ha abarrotado estas calles porque hay un entusiasmo grande por Honduras. Históricamente estamos haciendo esta unidad porque es el Espíritu Santo quien ha tocado el corazón del pueblo para estar aquí”.

En La Ceiba, personas con discapacidad participaron activamente. Un joven en muletas expresó: “Quiero que haya paz y armonía en las elecciones”.
En Yoro, las caminatas se llevaron a cabo en distintos horarios, mostrando la misma energía y alegría de los participantes. El recorrido en Danlí (El Paraíso) y Trujillo (Colón) también fue pacífico y multitudinario, consolidando la jornada como un evento nacional de fe y unidad.
La jornada no se limitó al territorio nacional. Compatriotas residentes en el extranjero también expresaron su apoyo. En Grand Rapids, Michigan, Estados Unidos, marcharon con pancartas que pedían paz para Honduras. Entre los mensajes más compartidos se leía: “¡Donde dos o tres se reúnan, ahí está Dios!”.

Además, en Salamanca, España, la comunidad hondureña se reunió con la iglesia local para orar y clamar por la unidad y bienestar del país.
Los creyentes en el extranjero proclamaron que “Honduras es tierra bendita y próspera”, sumándose a la histórica iniciativa que unió a católicos y evangélicos bajo un mismo propósito espiritual.
Mensaje final
La caminata concluyó en Tegucigalpa con un acto de oración dirigido por el pastor Gerardo Irías, de la iglesia evangélica, quien pidió a los participantes que se arrodillaran para clamar por la paz, la democracia y la unidad de Honduras.
“Señor, te pedimos que pongas temblor y temor en los que intentan pisotear nuestra democracia, y que tus ojos y tus oídos estén atentos al clamor de tu pueblo… Hoy es un día histórico a nivel nacional, y tu misericordia está aquí. Queremos decir que el único que se merece la gloria y la honra es el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”, exclamó.
Posteriormente, el arzobispo José Vicente Nácher, de la Iglesia católica, ofreció el mensaje final. “Hoy hemos caminado juntos, movidos por la fe en Jesucristo y por un sincero amor a Honduras», expresó.

También invitó a los ciudadanos y a los políticos a presentar sus propuestas con sinceridad. «Invitamos a todos los ciudadanos a ejercer su derecho al voto con respeto y responsabilidad, y que los valores de paz, justicia y libertad se difundan por toda la patria. Bienaventurados los que caminan unidos por Honduras. Dios les bendiga”, concluyó.
La caminata de oración dejó claro que la fe y la unidad pueden mover a toda una nación. Miles de hondureños en distintas ciudades, junto a compatriotas en el extranjero, se unieron por la paz, la democracia y la esperanza de un futuro mejor. Este acto pacífico se consolidó como un símbolo de que, cuando el pueblo camina unido, es posible construir una Honduras más justa, armoniosa y solidaria.