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sábado, abril 20, 2024

¿Cambio climático influyó en formación acelerada de Eta e Iota? Expertos discrepan

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. El cambio climático, considerado como el mayor enemigo de toda la población mundial, es un tema que poco o nada se aborda en Honduras. Expertos nacionales consideran imperativo que se eduque a la población sobre sus efectos, sin embargo, discrepan sobre su influencia con el desarrollo de dos recientes fenómenos naturales: Eta e Iota

Cambio climático es cualquier cambio en el clima con el tiempo, debido a la variabilidad natural o como resultado de actividades humanas. Y, desde el punto de vista meteorológico, se reduce a una alteración en las condiciones predominantes.

Por su parte, César Quintanilla, experto en cambio climático, lo define como la consecuencia del calentamiento global, que produce que las temperaturas a nivel global se eleven gradualmente por encima de lo normal. Es una consecuencia de las cantidades de emisiones de gases de efecto invernadero que están alterando la vida en la Tierra.

En ese sentido, considera que sí hay una relación directa entre el cambio climático y los fenómenos naturales Eta e Iota.

«Esa relación, justamente se justifica porque a mayor calentamiento y vapor de agua en los océanos, los huracanes se nutren de ello. Eso explica también, la fortaleza con la que, en los últimos cinco años, tenemos formaciones rápidas de huracanes con categorías mayores», detalló Quintanilla a TIEMPO DIGITAL.

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Fenómenos más potentes

A renglón seguido, refirió que en el pasado, la formación de un disturbio era más lento que en la actualidad. Ahora, «los fenómenos se desarrollan de una forma impresionante y lo que pasó con Eta e Iota, que en cuestión de horas se fueron a categoría mayor es una clara explicación de su relación con el calentamiento global», agregó.

De acuerdo con Quintanilla, un panel de científicos determinó que el calentamiento global, ahora está influyendo en los huracanes; no solo cuando están en el océano, sino también, cuando están en tierra.

En la actualidad, según el entrevistado, cuesta más que estos fenómenos se disipen en tierra firme. Antes, tocaban tierra e inmediatamente se disipaba y en meteorología, lo llamamos cementerio de los huracanes, porque prácticamente morían en tierra», explicó.

No obstante, en el caso de Eta, se vio su paso por el territorio nacional, y con igual fuerza pasó por Islas Caimán, CubaLa Florida en Estados Unidos. «Todas esas evidencias fortalecen el tema de las incidencias del calentamiento global sobre estos fenómenos y meteorológicamente está comprobado, porque hay más vapor de agua sobre el océano, exagerado vapor», concluyó.

Vulnerabilidad 

Similar opinión expuso Zarela Alvarado, también experta en cambio climático y profesora en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), quien consideró que hay una influencia de esa alteración del clima con los fenómenos naturales.

«Recordemos que el cambio climático produce un incremento en la temperatura de nuestros océanos y eso genera mayor cantidad de precipitación. Eso, sumado a las condiciones de vulnerabilidad que tenemos en Honduras ha provocado los desastres que ya conocemos con estos dos recientes huracanes«, indicó.

Asimismo, hizo hincapié en que, Honduras es el segundo país a nivel mundial más vulnerable en cuanto al cambio climático. En consecuencia, aconsejó a la población, seguir luchando por adaptarse y ser resilientes ante los efectos de la naturaleza, «porque estos fenómenos serán cada vez más frecuentes«, advirtió.

Pese a ello, Alvarado destacó que, todo lo que sucede en la naturaleza, trae algo positivo. «El problema es el ser humano que no está adaptado a convivir con este tipo de eventos», recalcó.

«De hecho, nuestro planeta es sabio y cuando nuestros océanos están muy calientes, los huracanes son ese mecanismo para que la temperatura del mismo se controle y se libera bastante presión y esa precipitación que cae ya viene a regular el aumento de temperatura en los océanos«, continuó detallando la experta.

«Dejen de culpar al cambio climático»

TIEMPO DIGITAL contactó a un tercer experto en el tema, quien aclaró que no se puede culpar al cambio climático por el desarrollo de Eta e Iota, «porque todavía faltan estudios, pero se siente que la probabilidad es muy alta de que esto sea culpa de ese incremento en la temperatura que se está dando en el mar».

Edgar Josué Mejía, coordinador de la Unidad de Meteorología del Instituto Hondureño de Ciencias de la Tierra (IHCIT) de la UNAH, explicó que los ciclones tropicales como tal, siempre se dan, y eso se le conoce como variabilidad climática.

Dicho término significa, que hay años en los cuales viene mayor cantidad de ciclones tropicales y en otros años, hay menos. Esto se debe al fenómeno del Niño, el cual es un calentamiento anómalo de las aguas del océano Pacífico a la altura del Ecuador.

«Entonces, cuando el Niño se da, disminuye la cantidad de lluvias, que fue lo que nos pasó hace unos meses; y ahora, el fenómeno de la Niña es el inverso, porque se enfría el océano Pacífico y genera hasta 30 o 35 % mayor cantidad de lluvia«, agregó.

A efecto de ello, Mejía detalló que lo que realmente se relaciona con las tormentas tropicales, es que, cuando tenemos el fenómeno de la Niña, «hay algo que se intensifica que son los vientos alisios en el océano Atlántico y eso genera también condiciones propicias para que haya mayor cantidad de tormentas tropicales en ese año».

«Ciclones son buenos»

Asimismo, «cuando hay mayores ciclones tropicales, es más probable que uno de esos afecte en nuestro territorio porque la zona ideal para que se formen ciclones tropicales es cerca del territorio centroamericano, justo por donde se formaron Eta e Iota, porque el mar es bastante cálido, pero eso es algo totalmente natural y es difícil poder cuantificar y decir qué tanto es la culpa del cambio climático».

En lo que sí coincidió el coordinador de la Unidad de Meteorología del IHCIT, con Zarela Alvarado, es en que, los ciclones tropicales son buenos para el planeta.

Lo anterior, «porque nos ayudan a mandar energía del Ecuador a los polos, si ellos (ciclones) no existieran, habría una diferencia de temperatura muy alta entre el Ecuador y los polos; en consecuencia, no podríamos existir como seres humanos, porque ellos aportan a eso, así como lo hacen las corrientes oceánicas», añadió.

Según Mejía, el problema radica en el ordenamiento territorial, porque la vulnerabilidad la construyen los propios seres humanos. «Si nosotros no respetamos los causes de los ríos, se va a inundar como sucedió en el Valle de Sula«, enfatizó.

Formación de los ciclones

En cuanto a la formación de los ciclones, Mejía pormenorizó que la energía que estos necesitan para fortalecerse, precisamente la encuentran en el mar.

«Cuando el mar está caliente, hay mayor evaporación y esta se da en flujos de calor latente que es lo que ellos (ciclones) agarran para tener toda esa energía. El vapor empieza a subir del mar; luego se condensa arriba, y cuando eso pasa, se libera el agua con la energía del mar hacia la atmósfera. Eso es lo que le da la energía al huracán para girar más fuerte y moverse más rápido».

Mejía dijo enérgicamente que, no hay poder humano que pueda controlar un fenómeno natural. En ese sentido, «lo primero que debemos hacer es adaptarnos. No podemos seguir viviendo sin pensar en el futuro, porque el cambio climático viene fuerte y después no vamos a poder ni sobrevivir».

En cuanto a la pérdida de playa en las costas hondureñas, Mejía aseguró que continuará perdiéndose territorio, en la costa norte, al sur y en Islas de la Bahía, como efecto del cambio climático.

«Tenemos los días contados. Pero es difícil predecir cuánto tiempo nos queda porque la parte atmosférica es variante; lo que sí se atreven a decir los científicos, es que los nietos de la generación actual, sufrirán los peores escenarios del cambio climático. Entonces podemos hablar de unos 50 a 60 años a futuro«, aseveró.

Recomendaciones

Los tres expertos consideran que, además de adaptarse, es de suma importancia educar a la población sobre el cambio climático.

«Lo primero que debemos hacer es dejar de vivir en lugares vulnerables. Necesitamos incentivar la ley de ordenamiento territorial -que ya la tenemos-, y debemos parar la tala de bosques. No le podemos achacar esto al cambio climático y decir que no es nuestra culpa. Hay que aceptar nuestro grado de responsabilidad como ser humano», dijo Edgar Josué Mejía.

Sumado a ello, pidió a las autoridades, que inviertan en más prevención, infraestructura, ciencia, educación y capital humano. «No podemos esperar que nos venga a dañar un fenómeno como estos y que después nosotros queramos mitigar y ver cómo reconstruimos», sostuvo.

Por su parte, César Quintanilla, propone la implementación del tema cambio climático al sistema educativo nacional. Lo anterior, porque «esa es la diferencia entre nosotros -los países en desarrollo- y Europa».

Mientras que, la profesora Zarela Alvarado, recomendó la reforestación, «para que nuestros suelos no estén vulnerables ante este tipo de precipitaciones excesivas».


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