CORTÉS. Cuatro policías de Tránsito fueron capturados por cometer varios delitos en San Pedro Sula, zona norte del país.
Los detenidos son: Fredy Hernández Serén y Juan Alberto Vásquez acusados del delito de extorsión.
Asimismo, Jairo Benítez Mateo y Tomás Corea Corea; por los delitos de asesinato en su grado de ejecución de tentativa y abuso de autoridad en perjuicio de testigo protegido.
Los cuatro policías fueron detenidos en el momento en que se encontraban cubriendo su turno en una zona de la capital industrial.
POLICÍAS DE TRÁNSITO
Por otra parte, la captura se dio gracias a miembros de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC).
A través del departamento de Operaciones Especiales, Apoyo Estratégico y Comunicaciones de esa misma agencia.
Finalmente, los individuos serán puestos a la orden de la justicia hondureña para recibir su respectiva condena.
ANTECEDENTE
Asesinos de Fiscales y Generales Antidrogas han resultado ser algunos miembros de la Policía Nacional de Honduras.
Investigaciones tanto nacionales como internacionales han demostrado lo coludida que ha llegado a estar la institución. Esto, en gran parte, por el involucramiento de algunos agentes con capos del narcotráfico.
MUERTE DEL FISCAL DE ORO
Hace unas semanas surgió el caso del asesinato del bien llamado “Fiscal de Oro”, Orlen Chávez. Él fue asesinado el 18 de abril del año 2013 y el lunes 13 de febrero fue detenido un supuesto implicado en el crimen.
Nota completa: Policías hondureños: asesinos de Fiscales y Generales antidrogas
Según reportes de la Inspectoría General de la Secretaría de Seguridad revelaron que policías planearon y ejecutaron su asesinato.
7 certeros disparos acabaron con la vida del talentoso Fiscal: 3 en la cabeza y 4 en el pecho. Dos sujetos a bordo de una motocicleta lo interceptaron en las cercanías del Estadio Nacional.
En total, fueron 7 los policías los señalados por la investigación: 1 comisario, un inspector, un clase 1 y cuatro agentes. La orden la habría dado un narco desde la costa norte del país.
Chávez había sido asignado a la -por aquel entonces- recientemente creada Fiscalía de Privación de Dominio. La entidad había propinado ya fuertes golpes al crimen organizado con la incautación de gran cantidad de bienes.
Esto, por supuesto, no caló bien entre los narcos afectados. Quienes no tardaron en jalar las cuerdas de sus marionetas en la Policía para reclamar venganza.
