TEGUCIGALPA, Honduras. – Los cabecillas de las bandas delictivas del país, cumplen su primer año en la cárcel de «Pozo I». Esta penitenciaria está ubicada en las afueras del municipio de Ilama, Santa Bárbara.
En ese entonces fueron trasladados 37 privados de libertad.
No obstante, la cárcel actualmente tiene una población de 1,386 reos y es el primer centro penal en Honduras con todas las medidas de máxima seguridad establecidas por los estándares internacionales.
Cabe señalar que, de esta población, 511 ya cumplen sentencia.
Asimismo, se encuentran 10 extranjeros procesados y tres cumplen condena. Del total de reclusos, 491 son integrantes de la pandilla 18 y 295 de la mara MS-13.
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Los reclusos viven sin ningún lujo en este centro penal
En el pasado quedaron las lujosas celdas a las cuales estaban acostumbrados estos jefes de las maras hondureñas.
En ese sentido, no volvieron a ver un televisor de plasma colocado en una pared, una refrigeradora repleta de cervezas, ni volvieron a probar otro tipo de drogas que estaban acostumbrados a consumir.
Con esta medida, se buscó romper con toda la red de criminales que tenían en las principales ciudades del país.
Según informes de la Dirección Policial De Investigaciones (DPI) estos dirigentes de bandas se daban el lujo hasta de:
- Ordenar masacres
- Venta de drogas
- Extorsión y cualquier otro delito relacionado al crimen organizado.
Los recluidos ahora no cuentan con ninguna comodidad y cuentan con estrictos controles de seguridad.
Entre ellos el monitoreo durante las 24 horas del día por medio de 400 cámaras de seguridad instaladas en el interior y exterior.
Desde que se traslado a los principales «Toros» a la cárcel del «Pozo I», la Fuerza Nacional Antiextorsión (FNA) reveló que la extorsión ordenada desde las cárceles ha disminuido en un 80%.
