AFP. Trabajar en una lavandería industrial a los 14 años, hacer 35 horas semanales después de la escuela: varios estados estadounidenses han relajado las barreras que rigen el trabajo adolescente, mientras se disparan los casos de explotación.
En Arkansas, los cambios en ese sentido entraron en vigor el 1 de agosto.
La ley aprobada en el estado «legaliza que cualquier persona mayor de 14 años (…) trabaje sin autorización del gobierno«, dijo a la AFP Alexa Henning, portavoz de la gobernadora republicana del estado, Sarah Huckabee Sanders, exvocera de Donald Trump.
«Todas las protecciones contra el trabajo infantil siguen vigentes», y la gobernadora «ha firmado incluso un proyecto de ley (…) para endurecer las sanciones», añadió.
«Puede que no parezca muy grave, pero en realidad el impacto de esta ley es muy significativo», dijo en cambio a la AFP Reid Maki. Él es coordinador de la organización Child Labor Coalition.
Desde hace dos años, «al menos 14 estados» han presentado textos que apuntan a «erosionar las protecciones de que gozan los trabajadores jóvenes«, dijo a la AFP Nina Mast, del centro de reflexión progresista Economic Policy Institute y coautora de un informe sobre el tema.
«Se amplían los horarios y los sectores en los que los jóvenes pueden trabajar, se les permite servir alcohol…», lamentó.
Iowa, Nueva Jersey, New Hampshire, Michigan y Arkansas ya han cambiado sus leyes en la materia, señala ese informe.
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Disposiciones incompatibles
En Estados Unidos, el trabajo de los menores está regulado desde 1938. Pero cada estado es libre de adoptar su propia legislación siempre y cuando sea más protectora que el texto federal.
En Iowa, la gobernadora republicana Kim Reynolds, al ratificar el texto a finales de mayo, acogió con satisfacción «los acuerdos laborales de sentido común que permiten a los adultos jóvenes desarrollar sus habilidades en el mercado laboral«.
Sin embargo, según el informe de Nina Mast y Jennifer Sherer, se está ante «uno de los retrocesos más peligrosos en las leyes sobre trabajo infantil producidos en el país».
Los legisladores demócratas, opuestos a esta reforma, recabaron la opinión del Departamento de Trabajo. Dos funcionarias del ministerio, Semma Nanda y Jessica Looman, dijeron que algunas de las disposiciones del texto «parecen incompatibles con la legislación federal».
Pero no se dispone de un número suficiente de inspectores de trabajo para realizar los controles pertinentes, lamentó Reid Maki.
El texto de Iowa, por ejemplo, autoriza que menores de 16 años realicen algunas tareas peligrosas. Además, que permanezcan en el trabajo hasta las 21 horas en período escolar.
Esa disposición contraviene un texto federal según el cual los jóvenes de entre 14 y 16 años sólo pueden trabajar hasta las 19 horas en período escolar, a razón de tres horas diarias y un máximo de 18 semanales.
«No es un problema del siglo XIX»
La escasez de mano de obra que sufre Estados Unidos desde hace más de dos años no es ajena a esta ola de desregulación, denuncia Mast.
El mundo empresarial «está aprovechando la situación actual para limitar las protecciones», señaló.
«Los ingresos que recibirá una persona cuando sea adulta dependen mucho de si fue a la escuela secundaria y a la universidad», dijo a su vez Reid Maki.
Estas reformas se producen en momentos en que el número de menores empleados ilegalmente en el país ha aumentado 69% desde 2018, según el Departamento de Trabajo.
En estas circunstancias, «es irresponsable que los estados consideren relajar las protecciones», denunció en abril Seema Nanda, abogada del departamento.
El gobierno de Joe Biden anunció en febrero su intención de reforzar la lucha contra el trabajo ilegal. Esto vinculado a la afluencia de niños inmigrantes procedentes de América Latina, a menudo sin padres.
«Este no es un problema del siglo XIX, es un problema de hoy«, señaló el exsecretario de Trabajo Marty Walsh.
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