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sábado, abril 20, 2024

Joven matrimonio ahora vende tamales para enfrentar crisis económica

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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Bryan Rivera y su esposa, son un matrimonio de emprendedores que ya tenían problemas financieros pero con la llegada de la pandemia estos se agravaron, sin embargo, no se dieron por vencidos y empezaron un negocio juntos.

Ambos elaboran todos los día nacatamales para vender a los vecinos de su colonia, y también ofrecen productos lácteos.

Ya que la crisis económica redujo las oportunidades de empleo en Honduras, los hombres, mujeres y hasta los niños de nuestro país han buscado otras formas de ganarse la vida. Para llevar sustento a sus dos hijos, Bryan trabaja duro todos los días.

Dejando ver su entusiasmo a pesar de las duras circunstancias, Bryan relató para Diario Tiempo Digital cómo las pruebas de la vida le hicieron encaminarse en una ruta “cuesta arriba”.

Sin embargo, su fe y perseverancia le dan a fortaleza de seguir, levantarse a diario por las madrugadas y preparase para llevar a vender sus productos hasta la puerta de la casa de cada cliente.

Este joven luchador reside en la Aldea de Suyapa y junto a su esposa Nuri Gómez, ambos, cargan los baldes plásticos que contienen los productos que preparan con mucho sacrificio para su venta.

El matrimonio procreó a dos pequeños, uno de diez años y otra de siete, ellos son el principal motor que ellos tienen para luchar cada día con el propósito de sustentarlos. Pese a que son de una familia humilde, Bryan asegura que la felicidad es parte de su diario vivir, por eso, junto a su esposa le inculcan a sus hijos sacar provecho de las dificultades de la vida.

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Ofrecen servicio a domicilio a sus clientes

Junto a su compañera de hogar, Bryan recorre kilómetros para entregar sus productos a los clientes que les solicitan el servicio adomicilio. A diario, se desplazan a colonias aledañas a la Aldea de Suyapa para “tener más clientes y hacer crecer el negocio”, afirmó Rivera.

Como siempre hay personas dispuestas a ofrecer su ayuda, Bryan contó que en algunas ocasiones, un familiar les presta una motocicleta para facilitarles la entrega de los productos.

Los esposos resaltaron que sin importar la hora en que les soliciten un pedido ellos siempre están dispuestos y disponibles. «La necesidad nos hace multiplicarnos, pero todo sea por nuestros hijos», agregó el joven.

Los productos los entregan siguiendo todas las medidas de bioseguridad, por ello, siempre van acompañados de gel de mano y protegidos con sus cubrebocas, cuyos insumos son de esencial uso durante la pandemia.

Lleno de propósitos

A su corta edad, Bryan ha aprendido de los errores que como humanos todos podemos cometer. Por varios años estuvo privado de su libertad, pero ahora, enmendó su camino, según él lo apuntó.

La falta de oportunidades que sufren los hondureños, no solo durante la pandemia donde se ha acrecentado, sino desde hace muchos años, ha ocasionado depresión y desesperación el la población.

Pero, en el caso de Bryan también su condición de exprivado de libertad, le han cerrado puertas. Sin embargo, con el apoyo de su esposa, pues juntos, llevan el sustento a sus hijos, incluso a sus padres quienes no paran de darles su total apoyo en esta nueva etapa.

A futuro, el joven espera generar ingresos suficientes para comprar una motocicleta y hace más eficiente sus proceso de entregas. Con esto, su negocio crecerá, y por ende, ganará más clientes y ganancias para su familia.

Respecto a los productos en venta, aseguró que los lácteos son netamente olanchanos, mientras que los nacatamales, la mamá de un amigo les echa una mano y así emprender en medio de esta difícil situación económica, relató.

Bryan: “Que nos dejen trabajar”

Tras contar sobre su negocio, Bryan aprovechó para denunciar que resultó víctima de unos varios policías, quienes, según el joven, se aprovecharon de su necesidad para “sacarnos dinero”.

Sobre ese hecho, el joven denunció: «Nuri y yo andábamos dejando tamales en la colonia 28 de junio, y unos policías nos pararon y como yo no tengo licencia, me pidieron dinero para dejarme ir. Se comieron nuestras ganancias».

Bryan reconoció su error al transitar sin licencia, pero con indignación, manifestó sentirse molesto, porque les pidió una oportunidad a los policías para dejarlos trabajar y llevar el sustento a sus hogares.

No obstante, según relató, los oficiales les negaron su petición y a cambio de dejarlos ir les despojaron de las ganancias de ese día. Con todo lo que ha sucedido, Bryan dejó en claro que seguirá luchando para llevar el bocado a la mesa a sus dos hijos y familiares.

Entre tanto, el entusiasmado capitalino aprovechó para compartir su número de teléfono para quienes quieran degustar un delicioso nacatamal o productos lácteos, lo tomen en cuenta: 8959-7668, siempre está disponible para entregas, reiteró.


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