Luego de ser tratado durante cuatro días por una obstrucción intestinal en un hospital de Sao Paulo, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, recibió este domingo el alta médica.
Bolsonaro fue internado tras sufrir un dolor abdominal agudo y una crisis de hipo que ya duraba más de diez días. Dicha situación se dio debido una puñalada que recibió en el abdomen durante su campaña presidencial en 2018.
Al mandatario se le realizaron cuatro cirugías que crearon un cuadro en su salud más vulnerable a sufrir adherencias en el intestino.
“Tuve que someterme a una dieta, hice lo que tenía que hacer. Quería irme desde el primer día, pero no me dejaron. Espero que de aquí a unos diez días pueda estar comiendo un churrasco de costilla”, dijo el presidente tras salir caminando del hospital privado Vila Nova Star.
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A partir de ahora, el gobernante deberá seguir una dieta ligera, procurar masticar bien y hacer ejercicio, según el jefe del equipo médico, el cirujano Antonio Macedo. “Voy a estar en la presidencia mañana”, afirmó el presidente.
Dirigió desde el hospital
A pesar de estar hospitalizado, Bolsonaro siguió al mando del Ejecutivo. Por medio de las redes sociales, publicó fotos y comentó temas políticos, como la investigación contra su gobierno en una comisión del Senado (CPI) por posibles irregularidades en la compra de vacunas anti coronavirus.
– Via internet, seguimos fazendo o possível para manter os compromissos. Despachando com ministros. Boa tarde a todos! pic.twitter.com/aTrhZfhTJ8
— Jair M. Bolsonaro (@jairbolsonaro) July 16, 2021
“La CPI está todo el tiempo acusándome de corrupto. No compré, no pagué”, afirmó el gobernante, en declaraciones a la prensa durante más de media hora y sin lucir mascarilla.
De igual manera, Jair Bolsonaro también defendió a su exministro de Salud, el general Eduardo Pazuello, cuya gestión es duramente cuestionada por la comisión investigadora.
“¿Quieren derribar el gobierno? Ya dije que solo Dios me saca de la silla presidencial”, expresó Bolsonaro, quien aspira a un segundo mandato en las elecciones de 2022, en las que el expresidente izquierdista Luiz Inacio Lula da Silva es el favorito.
Es preciso mencionar que, la situación de salud de Bolsonaro surge en un contexto de erosión de su popularidad y tensiones políticas. Entre ellas están las sospechas de corrupción en contratos negociados por su gobierno para adquirir vacunas destinadas a combatir la pandemia de coronavirus, que dejaron más de 540.000 muertos en Brasil.
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