Redacción. La manzanilla (Matricaria chamomilla L.) ha acompañado a la humanidad durante siglos como remedio natural contra molestias digestivas y otros malestares comunes.
Hoy, su prestigio no sólo descansa en la tradición, sino también en una creciente base de evidencia científica que confirma muchos de sus beneficios.
1. Un clásico para el bienestar digestivo
Episodios de hinchazón, gases o digestiones lentas pueden surgir de manera inesperada, afectando la calidad de vida. En estos casos, la manzanilla se presenta como aliada gracias a sus compuestos activos —flavonoides, ácidos fenólicos y bisabolol— con efectos carminativos, digestivos y antiespasmódicos.
Estudios publicados en Molecular Medicine Reports y revisiones de la Academia Científica de Medicina y Fitoterapia (ACAAF) respaldan su capacidad para reducir la inflamación intestinal, prevenir la distensión abdominal y mejorar el confort digestivo.
2. Propiedades antiinflamatorias y protectoras
Su acción antiinflamatoria se extiende más allá del sistema digestivo, beneficiando también a las vías respiratorias y el hígado. Investigaciones de la Universidad Nacional Kharkov Karazin de Ucrania señalan efectos positivos frente a la inflamación intestinal y hepática, así como protección hepática ante agentes tóxicos.

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3. Relajación y mejora del sueño
La manzanilla actúa sobre el sistema nervioso central con un efecto sedante y ansiolítico leve. Esto ayuda a controlar el estrés, favorecer la calma y mejorar la calidad del descanso.
Ensayos en adultos mayores y madres recientes, así como estudios de la Universidad de Michigan, confirman que su consumo diario puede disminuir el insomnio y mejorar el estado de ánimo nocturno.
4. Beneficios respiratorios y alivio de garganta
Sus aceites esenciales y flavonoides también ayudan en casos de irritación de garganta, resfriados leves y congestión nasal. Su acción expectorante suave y antiinflamatoria reduce el malestar y facilita la recuperación.
Según los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de EE. UU., las propiedades respaldan su uso como complemento en afecciones respiratorias comunes.
5. Apoyo a la salud femenina y cardiovascular
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Molestias menstruales: sus propiedades antiespasmódicas alivian dolores asociados al ciclo.
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Presión arterial: algunos estudios sugieren un ligero efecto reductor gracias a su acción relajante, aunque se recomienda precaución en personas medicadas para la hipertensión.
6. Refuerzo inmunológico y acción antiséptica
El NIH también ha documentado su potencial para modular la respuesta inmunitaria y regular niveles de cortisol, lo que podría fortalecer las defensas. Además, sus aceites esenciales poseen una leve capacidad antiséptica.
7. Otros usos tradicionales y actuales
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Prevención de cólicos biliares y apoyo a la digestión de grasas.
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Mejora de la regularidad intestinal y alivio del estreñimiento.
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Uso externo en compresas para calmar irritaciones oculares (con precaución para evitar reacciones adversas).
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Reducción de náuseas y vómitos leves.
Recomendaciones de consumo
La infusión es la forma más habitual de aprovechar sus beneficios. Se aconseja tomarla tras las comidas para mejorar la digestión o antes de dormir para favorecer el descanso.
Existen también preparados farmacéuticos estandarizados que pueden ser recomendados por profesionales de la salud, especialmente para personas con condiciones médicas o en tratamiento.

En conclusión, la manzanilla es mucho más que una bebida reconfortante; es una planta medicinal respaldada por la ciencia, capaz de aliviar, proteger y mejorar la salud de manera segura, siempre que se consuma con moderación y bajo las precauciones adecuadas.
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