Redacción. Un trágico suceso ha llenado de luto a una joven madre en Tegucigalpa, capital de Honduras, luego de que su bebé de tres meses falleciera por asfixia mientras lo amamantaba.
De acuerdo con los reportes preliminares, la madre llegó de emergencia a la Clínica Periférica (Cliper) de Las Crucitas con su bebé en brazos, rogando por ayuda. El pequeño, inconsciente y con un tono de piel morado, ya no presentaba signos vitales cuando fue atendido por el personal médico.
Los informes añaden que el menor de apenas tres meses sufrió una broncoaspiración al atragantarse con la leche materna, un hecho que bloqueó sus vías respiratorias y resultó en su fallecimiento.
El cuerpecito fue trasladado a la morgue del Ministerio Público, donde la autopsia confirmó que la causa del deceso fue broncoaspiración (paso accidental de alimentos sólidos o líquidos a las vías respiratorias).
Sus restos serán entregados a sus familiares durante la tarde, quienes se preparan para velarlo y darle sepultura. Este caso ha generado conmoción y dolor profundo en la madre y demás familiares que hace tres meses le dieron la bienvenida al menor.
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Otro caso: Niño de 18 meses muere al ingerir palomitas
Otro lamentable incidente ocurrió el 9 de diciembre en la colonia Lomas del Valle, en La Flecha, Macuelizo, Santa Bárbara. Un niño de tan solo 18 meses murió al asfixiarse con un grano de palomitas de maíz.
Sus parientes quisieron salvarle la vida, pero no pudieron auxiliarlo a tiempo. Este hecho expone un peligro muchas veces subestimado: el riesgo de asfixia en niños pequeños al consumir ciertos alimentos.
Aunque son un alimento popular en hogares y reuniones, las palomitas de maíz representan un serio riesgo para bebés y niños menores de 4 años. Su tamaño y textura pueden facilitar que se alojen en las vías respiratorias estrechas de los menores, causando obstrucciones peligrosas o incluso fatales.
Además del riesgo de asfixia, un grano de maíz puede instalarse en los pulmones, provocando infecciones pulmonares graves o tos persistente. En el peor de los casos, si queda atrapado en la laringe, tráquea o bronquios, causa una obstrucción total de la respiración.
