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domingo, agosto 24, 2025

Barbero realiza cortes gratuitos y obsequia comida en el Hospital Escuela

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Redacción. En un conmovedor ejemplo de resiliencia y generosidad, José Trejo, un barbero hondureño con discapacidad, ha dedicado su oficio a brindar cortes de cabello gratuitos y alimentos a pacientes y familiares en el Hospital Escuela de Tegucigalpa.

Su labor, que él mismo denominó como “cortes de amor”, ha tocado los corazones de cientos de personas que atraviesan momentos difíciles.

Trejo sufrió un accidente que le causó un daño irreversible en su mano izquierda. Zurdo de nacimiento, se vio obligado a reaprender su oficio con la mano derecha. Lejos de rendirse, convirtió su experiencia en una causa social, y hoy es reconocido como “el barbero del Hospital Escuela”.

«Lastimosamente, médicamente no tiene remedio, pero yo sé que hay un Dios que va a hacer el milagro. Como parte de esa gratitud que tenemos con Dios venimos a regalarles cortes de cabello a los pacientes y los familiares, venimos a realizar esta acción como gratitud», manifestó Trejo.

Su jornada de solidaridad incluye también la entrega de alimentos, gesto que realiza con la intención de brindar apoyo a quienes enfrentan el dolor y la incertidumbre de un diagnóstico médico.

«También traemos comida para la gente, porque la gente también necesita un poquito de amor», expresó el barbero.

A pesar de perder la movilidad en su mano izquierda, el barbero expresó su compromiso para ayudar a las personas.

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Propósito 

Trejo se ha vuelto una figura especial en los alrededores del hospital, donde es ampliamente reconocido por su incansable labor y su entrega desinteresada. No obstante, su misión va más allá del exterior del centro médico.

«La gente ya me conoce como el barbero del Hospital Escuela. Esto lo realizamos como una pequeña parte para agradecerle a Dios», declaró.

El barbero informó que uno de sus objetivos es lograr el acceso a las salas internas del hospital para poder atender a pacientes en camillas que no pueden desplazarse.

«Mi meta es entrar a alguna sala dentro del Hospital Escuela y poder cortarle el cabello a los pacientes que están en una camilla como yo también lo estuve».

Durante su testimonio, Trejo compartió un momento íntimo y reflexivo sobre recordar su experiencia personal tras el accidente.

«Yo también estuve bien mal, a punto de fallecer, y ocupé un corte de cabello en mi momento, y nadie me lo dio. Por esos motivos yo vengo a ayudar. He hecho las gestiones para entrar a una sala, pero lastimosamente no se ha dado», lamentó.

Su puesto de atención, ubicado en las afueras del hospital, también ofrece servicios para mujeres, incluyendo cortes, planchados y otros tratamientos, reafirmando su compromiso de servir a todos sin distinción.

La historia de José Trejo es una muestra poderosa de cómo el espíritu humano puede sobreponerse a la adversidad y encontrar sentido en el servicio a los demás. Con cada corte de cabello, este barbero no solo transforma apariencias, sino también corazones.

José Trejo brindó declaraciones a un medio local.

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