Redacción. Las invasiones de tierra en las zonas bananeras de Colón causaron que durante este 2024 las exportaciones del banano se reduzcan hasta en un 50%, informó Alirio Garay, presidente del Sindicato de Isletas (Sitraeasisa).
A finales del 2023, los invasores se apoderaron de varias fincas bananeras durante seis semanas consecutivas. Eso ocasionó que se dejara de procesar la fruta y actualmente los productores están enfrentando severos problemas económicos, pues mucho banano se echó a perder y solamente exportarán el 50% aproximadamente de lo que usualmente envían a Estados Unidos.
Una de las empresas afectadas fue la empacadora Santa Inés, propietaria de las plantaciones ubicadas en Isletas, Sonaguera, Colón, donde se dañó un considerable número de fruta.
Alirio Garay explicó que como consecuencia habrá una reducción de exportación de 50%, lo que lleva a múltiples despidos.
«Bueno hoy nos está pasando factura la toma de las seis semanas que ellos (los invasores) hicieron… No hay fruta en este momento para cosecharla y mandarla al mercado de EEUU, fueron seis semanas y toda esa fruta se botó», contó.
El presidente del sindicato mostró su preocupación, pues a pesar de que la empresa no cerrará, sí habrá despidos, al no tener qué procesar. «Nosotros como trabajadores también perdemos porque no habrá contratos… La empresa no va a cerrar la finca, lo que va a dejar de hacer ahorita es producir y empacar para exportar porque no hay», detalló.
Fincas de La Paz, de Guanacaste, de La Esperanza y de Isletas, en Colón, presentaron las mayores invasiones el año pasado. A finales de 2023, la Policía Nacional desalojó a grupos campesinos que habían invadido unas 2,450 hectáreas de fincas bananeras en Sabá, Colón.
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Cierre de fincas en Olanchito
A mediados de enero, trabajadores de las fincas bananeras Limones A y Limones B, ubicadas en Coyoles, Olanchito, Yoro, avisaron que cerrarán sus operaciones.
Los trabajadores fueron convocados por Standard Fruit Company, empresa propietaria de las fincas, para notificarles el cierre.
Los empleados aseguraron que les han propuesto reubicaciones, salarios y prestaciones para aquellos que decidan irse. “Seguiremos laborando, sacando la fruta que queda», indicó uno de los trabajadores de la finca.
El cierre de estas plantaciones representa la pérdida de más de 500 empleos, por lo que muchos están frustrados por el riesgo inminente .