Redacción. Las evidencias sobre los beneficios del ayuno intermitente siguen creciendo. Un estudio del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (IBIMA Plataforma BIONAND) acaba de demostrar que esta práctica no solo ayuda a bajar de peso, sino que también mejora la memoria, la atención y el control de los impulsos.
La investigación, publicada en la revista Gut, reveló que el ayuno intermitente remodela la microbiota intestinal. Este cambio genera señales químicas que viajan por el eje intestino-cerebro y regulan la función de las células inmunitarias del cerebro.

Obesidad, inflamación y cerebro
El estudio se centró en la relación entre obesidad, inflamación crónica y microbiota intestinal. La obesidad no solo aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares y metabólicas, también acelera el deterioro cognitivo.
Para comprobarlo, los investigadores trabajaron con 96 pacientes con obesidad. Ellos fueron divididos en tres grupos:
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Dieta Mediterránea.
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Dieta cetogénica.
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Ayuno intermitente en días alternos (ADA).
Cómo funciona el ayuno aplicado en el estudio
Francisco Tinahones, director científico del IBIMA, explicó que el método consistía en alternar un día de alimentación normal con otro de restricción calórica de no más de 300 kcal, principalmente a base de proteínas.
Algunos pacientes lo aplicaron día a día, y otros en ciclos de dos días normales y dos de ayuno.

Resultados: menos peso y mejor rendimiento cognitivo
Tras tres meses de intervención, todos los grupos perdieron en promedio un 7 % de su peso inicial. Sin embargo, quienes siguieron el ayuno intermitente obtuvieron resultados superiores: mejoras significativas en memoria, atención y control cognitivo, además de una reducción marcada en los marcadores de inflamación.
El análisis de la microbiota confirmó que el ayuno en días alternos disminuye bacterias asociadas a la inflamación y aumenta otras que producen ácidos grasos beneficiosos, fortaleciendo la barrera intestinal y regulando la actividad de las defensas cerebrales.