Redacción. Fue ayer, viernes 15 de agosto de 2025, cuando los presidentes Donald Trump y Vladimir Putin se reunieron en Anchorage, Alaska, para dialogar y, si es posible, poner fin a la guerra en Ucrania, que ya lleva más de tres años y medio de conflicto.
Ambos mandatarios llegaron a la cumbre en sus vehículos oficiales: Trump en «La Bestia» y Putin en la limusina Aurus Senat. Cabe destacar que ninguno de estos autos es común; ambos funcionan como auténticos búnkeres móviles, equipados con tecnología y sistemas de seguridad avanzados para proteger a los líderes de Estados Unidos y Rusia.
El vehículo presidencial de Vladimir Putin, conocido como Aurus, destaca por su diseño imponente y tecnología de alta gama. Mide 6.62 metros de largo y 1.69 de alto, y funciona con un potente motor V8, desarrollado por el Instituto Ruso de Estudios sobre el Automóvil en colaboración con ingenieros de Porsche.
Al igual que su homólogo estadounidense, Donald Trump, el presidente ruso cuenta con una limusina blindada apodada “La Bestia”, que lo acompaña en sus viajes internacionales.
El Aurus puede alcanzar velocidades de hasta 210 km/h, según informó la agencia estatal rusa RIA Nóvosti. Su motor entrega 598 caballos de fuerza, necesarios para mover una carrocería blindada que pesa 6.5 toneladas, debido a su cápsula acorazada de alta protección.

Presupuesto
La producción de esta flota presidencial representó una inversión de 12,000 millones de rublos (aproximadamente 192 millones de dólares), según datos del servicio ruso de la BBC.
La marca Aurus combina el latín aurum (oro) y el nombre del país, Rusia. El modelo es híbrido, ya que también incluye un motor eléctrico capaz de sustituir al de combustión en determinadas condiciones.
“Este es el primer automóvil de lujo de alta gama fabricado en el país en muchos años”, señaló la agencia estatal rusa, destacando que desde la era soviética Rusia no contaba con un vehículo presidencial de diseño propio.
Carro de Trump
Trump utiliza la versión 2.0 de La Bestia, limusina presidencial fabricada por General Motors sobre chasis de camión Chevrolet Kodiak. Su fabricación tuvo un costo aproximado de 1.5 millones de dólares. Este modelo vino a reemplazar a la Bestia I, que estrenó en su momento Barack Obama.
Mide casi 6 metros de largo y pesa alrededor de 8 toneladas. Cuenta con un blindaje de hasta 8 pulgadas de espesor, ventanas de 3 pulgadas. Tiene un sistema de defensa como el manejo de códigos nucleares, gas lacrimógeno, cerraduras eléctricas y visión nocturna.

Además, incluye equipo médico como suministro de sangre del presidente Trump. Para confundir posibles amenazas, suelen desplegar múltiples unidades idénticas. Suele ser transportada por avión militar cuando el presidente Trump realiza viajes, como el de este viernes a Alaska.
Entre sus características se encuentran: motor híbrido V8 biturbo de 4.4 L, con entre 590 y 598 hp, asociado a una caja automática de 9 velocidades, con apoyo de Porsche en su desarrollo.
Se encuentra completamente blindado, según los estándares del Servicio Federal de Protección (FSO). El blindaje es tan espeso que es capaz de soportar explosiones de bombas, disparos de tanques y hasta ataques con armas químicas.