TEGUCIGALPA, HONDURAS. Al menos cuatro mil millones de dólares en remesas se espera para fin del año, según indica el presidente del Banco Central de Honduras (BCH), Manuel de Jesús Bautista.
El primer trimestre del año en curso, se contaron más de dos mil millones de dólares por concepto de remesas. Las remesas han crecido cerca un siete por ciento durante el presente año, lo cual indica que hay una mejor economía en Honduras.
Al finalizar el año se proyecta crecer en un 3.6 por ciento, sin embargo hay expectativas de pasar esos índices de crecimiento.
Bautista indicó que “La caída del precio del petróleo a nivel internacional ha ayudado a que mejore la economía del país”.
Estudios indican que la dependencia es mayor entre la población que se dedica a las actividades agrícolas y al menos el 13.5% de todos los hogares recibe remesas con una periodicidad regular. El monto promedio que recibe cada familia es de alrededor de 280 dólares mensuales.
La creciente migración que origina el envío de estos recursos es una muestra de la falta de alternativas y de oportunidades de empleo, bajos salarios, la escasa inversión y el limitado crecimiento económico del país.
El volumen en constante aumento de las remesas no es un sustituto de la Inversión Extranjera Directa (IED) ni de las exportaciones, y más que contribuir al equilibrio económico señala que no existen otros mecanismos para atraer divisas.
Con la creciente dependencia de estos flujos, la economía se ha movido hacia un proceso de tercerización, reflejado en un mayor ritmo de crecimiento de las actividades comerciales y de servicios, esto significa que el leve crecimiento impulsado por las remesas no tiene como base una expansión de igual magnitud de la inversión.
Las remesas, además de asegurar la subsistencia de miles de familias, son divisas que ayudan a cubrir las importaciones de bienes de capital y materias primas para la industria, así como el endeudamiento externo o cualquier otro tipo de relación comercial.
Al utilizar los recursos de las remesas, principalmente para el consumo de bienes y servicios no producidos en la comunidad ni en el país, sus efectos multiplicadores se filtran directamente a la economía externa mediante la compra de bienes importados.
