Redacción. Audi fundamenta su futuro a medio plazo como marca sostenible y ecológica con emisiones neutras de carbono a la atmósfera. Para ello está desarrollando un programa denominado ‘Mission: Zero’ que debe aplicarse a todas sus fábricas desde 2025. Pionera en este proyecto es la factoría de Bruselas, reformada en 2018, y que posee la planta fotovoltaica más grande de la región, con 107.000 metros cuadrados de placas solares que generan 9.000 MW/h de energía verde cada año.
En Bruselas se fabrica en exclusiva el nuevo modelo eléctrico de Audi: el Q8 e-tron, en
sus dos carrocerías (SUV y Sportback), que con su plataforma de batería alcanza
una autonomía de hasta 600 Km. Estas baterías se producen a más de mil trescientos
kilómetros en la planta húngara de Gyr. Con el objetivo de ahorrar 2.600 toneladas de
emisiones de CO2 a la atmósfera, los especialistas en logística de Audi están eliminando el transporte diario por carretera para hacerlo exclusivamente ferroviario.
Aguas reutilizadas
La factoría belga también ha sido pionera en el empleo de ‘aguas grises’, que suponen
otro ahorro ecológico importante: nada menos que 100.000 metros cúbicos de agua potable al año (consumida en muchos departamentos, especialmente en el de pintura).
Tras el acuerdo alcanzado con la de empresa depuradora local, Hydria, se emplea un
sistema de recirculación de aguas parcialmente tratadas. Estas ‘aguas grises’ pueden reutilizarse en la fábrica una y otra vez sin producir impacto ecológico
La joya de Audi que sale cada día de la factoría de Bruselas desde diciembre del año pasado es el sucesor del primer modelo cien por cien eléctrico, el e-tron. El nuevo Q8 e-tron se comercializa con dos carrocerías diferentes: SUV y Sportback (con techo tipo coupé). Es un vehículo con 4,9 metros de longitud, 1,9 de anchura, más de 1,6 de altura y 2,9 de distancia entre-ejes, que ofrece un gran espacio interior para sus ocupantes y con una capacidad de maletero entre 590 y 630 litros. También existen las versiones SQ8 con prestaciones más deportivas.
Hasta 600 km de autonomía
Hay disponibles tres variantes mecánicas para cada carrocería, dependiendo de la batería y de los motores (hasta tres en algunas versiones). Las potencias oscilan entre los 250 kW (335 CV) del Q8 50, los 300 kW (402 CV) del Q8 55 y los 370 kW (496 CV) del SQ8. La autonomía de las baterías alcanza los 491 Km en la versión más deportiva, pero puede llegar a los 600 Km (ciclo WLTP) en el de consumo más económico.
Audi Bruselas produce nada menos que 200.000 vehículos eléctricos al año y es un modelo para sus factorías hermanas de todo el mundo, al responder al principio de fabricación sostenible ‘360 grados’. Si en 2025 todas sus fábricas deberán ser neutras en producción de carbono, en 2026 todos sus nuevos vehículos serán cien por cien eléctricos. Los de combustión irán extinguiéndose progresivamente hasta desaparecer en 2033.
Los eléctricos se ‘expanden’
El plan ‘360factory’ es la visión de futuro de Audi, donde el equilibrio entre eficiencia de costes, sostenibilidad, flexibilidad y atracción sea el objetivo a conseguir. Eso incluye los medios de producción, pero también a los miles de trabajadores del Grupo Audi. Progresivamente, las otras factorías irán adaptándose al plan. Las de Bruselas y Böllinger Höffe ya producen sólo modelos eléctricos. El año que viene se abrirá la línea de montaje del Q6 e-tron en Ingolstad. Y pronto llegarán a las de Neckarsulm, San José Chiapa y Gyr.
En 2029 se prevé que todas ellas fabriquen al menos un modelo eléctrico, como la de Changchun en China, que ya desde 2024 será la primera planta en aquel país de la que sólo salgan Audis eléctricos. La marca persigue también digitalizar aún más la producción, reducir la complejidad de fabricación de sus modelos y lograr un proceso más económico, sostenible, flexible y atrayente para sus clientes.
Saber si las baterías sirven
Parte de estos objetivos se pueden alcanzar desde hoy mismo. Por ejemplo, la reutilización de las baterías de coches retirados de servicio. Uno de los problemas era evaluar su capacidad real, lo que resultaba lento y complicado. Pero los ingenieros de Audi han desarrollado el sistema ‘BattMAN’, que en pocos minutos analiza la batería vieja y da su diagnóstico preciso: si puede ser reutilizada en todo o en parte en un vehículo nuevo, si recibe una segunda vida como acumulador estático o si debe ser reciclada.
Sólo en este último caso, las baterías son enviadas a la planta ‘Volkswagen Group Components’ de Salzgitter para que sean extraídos todos sus materiales reutilizables, entre ellos el ‘Black Powder’. Este se compone de los valiosos litio, níquel, manganeso, cobalto y grafito, que pueden ser separados por empresas auxiliares y reempleados otra vez en la producción de nuevas baterías.
Llevar energía
En el programa de reciclaje de baterías a medio uso destaca el proyecto Nunam con destino a India. Un proyecto solidario que consiste en la reutilización de estos acumuladores procedentes del Audi e-tron para beneficio de la población menos favorecida de Bangalore. De momento se emplean de forma experimental de dos formas diferentes, una estática y una dinámica.