Redacción. El conductor de una rastra perdió la vida la noche de ayer jueves tras ser atropellado por dos vehículos en la carretera CA-5, a inmediaciones del peaje de Santa Cruz de Yojoa, Cortés.
El ahora fallecido correspondía en vida al nombre de Ángel Flores, conocido cariñosamente como «Pancho», originario de Talanga, Francisco Morazán.
Según versiones de testigos, Flores estacionó el cabezal de la rastra que conducía, se bajó y cruzó la calle para comprar cena. Sin embargo, momentos después, al intentar volver a la unidad un automóvil que se conducía a exceso de velocidad lo embistió.
Pese al fuerte impacto, el hombre aún continuaba vivo y logró ponerse de rodillas, pero en ese momento otro vehículo que se conducía por la zona no se percató de la presencia de Ángel en la carretera, por lo que no pudo evitar atropellarlo, provocándole la muerte de manera inmediata.
Al lugar se apersonaron agentes de la Dirección Nacional de Vialidad y Transporte (DNVT) para acordonar la zona. Después se hizo presente el personal de Medicina Forense, que se encargó de realizar el levantamiento cadavérico correspondiente.
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Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los accidentes viales dejan 1,3 millones de personas muertas y 50 millones más heridas de gravedad en el mundo cada año. Estas cifras plantean un problema acuciante.
“Los accidentes en las carreteras son una epidemia silenciosa y ambulante”, manifesta la ONU en su sitio oficial.
El 90% de los accidentes de tráfico ocurren en los países de renta baja y media. Son la primera causa de muerte entre los niños y jóvenes de cinco a 29 años, según la ONU.
De acuerdo con datos de la OMS, desde la invención del automóvil han perecido en la ruta más de 50 millones de personas en el mundo, un número superior a las víctimas mortales de la Primera Guerra Mundial o de algunas de las peores epidemias.