Atlético de Madrid empata ante el Alavés en la primera fecha

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El Atlético de Madrid estrenó la nueva temporada con un empate en el Vicente Calderón contra el Alavés, un muro insuperable para el conjunto rojiblanco hasta el minuto 92, cuando un penalti transformado por el francés Kevin Gameiro le puso por delante, aunque instantes después Manu García empató con un ajustado y certero tiro.

Ya se sentía entonces ganador el conjunto rojiblanco, que siempre propuso mucho más y dispuso de ocasiones para ganar, pero a veces con una sensación de atasco, sin un plus de creatividad y desborde para superar el planteamiento defensivo de su adversario, unos momentos inabordable y otros resistente para celebrar su vuelta a la elite con un notable empate, conseguido cuando ya parecía derrotado.

El Atlético no ha cambiado apenas nada. Sólo algún retoque de sistema -hoy partió desde un 4-2-3-1 mutable al 4-4-2 posterior- y con la única novedad en el once, la del francés Kevin Gameiro -el argentino Nico Gaitán comenzó en el banquillo-, y ninguna en la forma que encara cada partido, ambicioso, con presión e intenso.

Es la esencia del conjunto rojiblanco desde hace cuatro años y medio, invariable sea cuales sean los nombres o pasen las temporadas; una cuestión innegociable en el grupo dirigido por Diego Simeone, insistente desde el minuto 1 contra el Alavés, de vuelta a Primera División una década después y un bloque muy bien organizado.

Le costó al Atlético la maduración del partido. Empujó hacia atrás al conjunto vitoriano, que perdió a Zouhair Feddal por lesión en el minuto 11, pero chocó de principio con una estructura sólida, que no tenía duda ni en su repliegue intensivo ni en su vocación de contragolpe. Era su plan, inalterable con el avance de los minutos.

Una dificultad recurrente para el Atlético. Al cuarto de hora no había habido ni una sola ocasión. Después, sí. Sin desbordar a su adversario, cabeceó dos veces a portería; tiró tres desde fuera del área; rozó el poste con un derechazo del belga Yannick Carrasco y perdonó dentro del área, con un remate fallido, alto, de Gameiro.

Gameiro, puro nervio

Activo todo el encuentro, el delantero francés no paró de moverse. La idea está definida: sus compañeros le buscan por raso en cada centro al área, dispuestos a aprovechar su capacidad goleadora y su inalcanzable rapidez en espacios cortos. Aún debe acoplarse del todo, pero su intención fue constante. También para la presión.

Al descanso, 0-0. Mérito de un trabajado Alavés, incómodo para el Atlético, omnipresente en torno a su área, indemne en el marcador y resistente contra un equipo rojiblanco que atosiga a su rival en cada salida, juega en campo contrario, tiene velocidad y propone decenas de centros sobre la meta rival.

Y sobre todo, más allá del juego -hoy le faltó fluidez, precisión y profundidad en ataque-, insiste hasta que da con el objetivo: el gol. A la hora de juego, aún no lo había logrado. Ya con Fernando Torres sobre el césped -entró en el intermedio por el portugués Tiago- y con Koke en el medio. Después entró Gaitán por Gabi.

Final de locos

Y luego el argentino Ángel Correa por el belga Yannick Carrasco. El marcador premiaba al Alavés y presionaba al Atlético, enredado en la ‘telaraña’ del conjunto vitoriano, atascado en los últimos metros, en la zona donde se ganan los partidos, con sólo dos oportunidades en 25 minutos de segundo tiempo, las dos del uruguayo Diego Godín; mucha posesión y centros al área sin ningún rematador.

Hasta la ofensiva final, con una ocasión al poste de Fernando Torres, a gran nivel; con una milagrosa doble intervención en el área pequeña al borde del final del portero Pacheco y con un final increíble, con gol de penalti de Gameiro en el minuto 92 y con el empate, instantes después, de Manu García para el Alavés.