AFP. La inacción «cobarde» de muchos gobiernos a la hora de defender el derecho internacional y las instituciones alienta la «erosión» de las reglas internacionales, denuncia la ONG Human Rights Watch, que teme que el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca empore la situación.
Desde Gaza a Sudán, pasando por Birmania, Haití, Venezuela o Nicaragua, el mundo fue testigo en 2024 de «las violaciones más extremas», denunció la directora de la organización Tirana Hassan en una entrevista con la AFP con motivo de la publicación, ayer jueves, del informe anual de la organización.
«Los crímenes abyectos perpetrados por Israel y Hamás desde el 7 de octubre de 2023 no deberían quedar impunes»: Tirana Hassan, directora de la ONG Human Rights Watch.
Marcado por más de 70 elecciones en otros tantos países y por mortíferos conflictos, 2024 fue una prueba para «la integridad de las instituciones democráticas» y el derecho internacional, dice el informe de casi 550 páginas que analiza la situación de más de un centenar de países.
Pero muchos gobiernos «no han superado esta prueba», afirma HRW, que cita el «aumento de la represión» en Rusia, India, Venezuela o Nicaragua, y los conflictos armados en Gaza, Sudán y Ucrania.
Las guerras y otras crisis humanitarias, marcadas por «la cobarde reticencia de muchos gobiernos» a la hora de combatir las violaciones de derechos, han puesto de manifiesto «la erosión de las normas internacionales para la protección de civiles y el devastador coste humano cuando se pisotean», insiste este guardián de los derechos humanos en el mundo.
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«Cuando los gobiernos no actúan para proteger a los civiles en peligro, no solo los abandonan a la muerte y las heridas, sino que socavan las normas que protegen a la población en el mundo», dice el informe.
En el banquillo de los acusados se encuentran los «autócratas» que han «reforzado su poder en países como Rusia» y Malí, así como «democracias liberales» que «no siempre son defensoras confiables de los derechos humanos, ni en casa ni en el extranjero».
El primero y más importante de ellos es el Estados Unidos de Joe Biden, que «ha seguido transfiriendo armas a Israel» pese a que «se acumulan las pruebas sobre el uso de armas estadounidenses para perpetrar crímenes de guerra y matar a civiles» en Gaza. , recuerda Tirana Hassan.
– «INCOHERENCIA» –
La «incoherencia» que han mostrado algunos estados en su defensa de los derechos humanos es «muy peligrosa porque envía el mensaje de que algunos derechos se aplican a algunos y no a otros», advierte.
La situación podría empeorar con el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca la próxima semana, alerta HRW, que teme que «repita o amplifica las graves violaciones de derechos» que se constataron durante su primer mandato, lo que envía un mensaje a los autócratas «a hacer lo mismo».
«Porque si algo nos ha enseñado 2024 es que ignorar los derechos humanos, ignorar su violación, no es un ejercicio académico ni una cuestión de derecho. Hay vidas afectadas. La gente muere»: Tirana Hassan, directora de la ONG Human Rights Watch
«La administración Trump sugiere que habrá ataques contra los derechos humanos, los derechos de los migrantes, las mujeres y las personas LGBT a nivel nacional. Pero el impacto en política exterior también podría ser muy grave», afirma Tirana Hassan.
Si Estados Unidos se aleja del nuevo sistema multilateral, «dejará un enorme vacío que llenarán actores oportunistas como China, a quienes nada les gustaría más que poder avanzar en sus políticas contrarias a los derechos», añade.
A pesar de este sombrío panorama de la situación de los derechos humanos en el mundo, «no todo es pesimismo», insiste, señalando que, ante la inacción de los gobiernos, la justicia internacional y los movimientos populares están tomando el relevo, como el que en agosto desalojó del poder en Bangladesh a la ex primera ministra Sheikh Hasina, cuando gobernaba el país con mano de hierro.
Estos «movimientos de resistencia» ponen de manifiesto una «realidad crucial: la lucha por los derechos suele estar liderada por personas comunes y corrientes hartas de la injusticia y la corrupción», afirma HRW.
Una lucha que es «el reto de nuestro tiempo», insiste.
Aunque todo el mundo puede sentirse «abrumado por los horrores» que tienen lugar en todo el mundo, «no podemos permitirnos el lujo de levantar las manos y decir que es demasiado difícil», suplica.
EL INFORME
El informe mundial 2025, en el que a lo largo de cerca de 550 páginas HRW repasa la situación de los derechos humanos y de las libertades fundamentales en más de un centenar de países, recuerda que la «reticencia cobarde» de muchos gobiernos para defender a los más pobres supone la «erosión» de las normas internacionales.
El regreso, el lunes, de Donald Trump a la Casa Blanca puede agravar la situación, advierte HRW.
La toma de posesión de Nicolás Maduro en Venezuela el 10 de enero, pese a los indicios de fraude en las elecciones del 28 de julio, «es el resultado final de una elección que desconoció abiertamente la voluntad del pueblo, y consolida el autoritarismo en Venezuela «, dice.
– REVOCACIÓN DE LA CIUDADANÍA –
En Nicaragua, la férula dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo «amplió el uso del exilio forzoso y la revocación de la ciudadanía como formas de perseguir a los críticos», agrega.
Desde 2018 el gobierno ha cerrado más de 5.600 ONG y 58 medios de comunicación, así como universidades. Más de 263 periodistas han huido del país, de ellos 26 en los primeros seis meses del año pasado.
HRW alerta que en México, a la violencia extrema del crimen organizado se suma el «abuso generalizado por parte de agentes estatales con casi total impunidad».
Asimismo alerta de los recientes cambios constitucionales para reforzar el papel del ejército en las labores policiales y revisar el sistema de justicia, podrían «perpetuar los abusos y socavar gravemente el Estado de derecho».
De Guatemala achaca la falta de independencia judicial al proceso de selección de los que deben impartir la justicia ya las injerencias políticas que benefician a los poderosos.
Por su parte, Honduras sigue luchando contra la corrupción generalizada, un poder judicial consolidado, altos niveles de violencia y ataques contra los defensores del medio ambiente.
– «RESPUESTAS INEFICACES» –
Aunque la llegada de Luiz Inácio Lula da Silva a la presidencia de Brasil ha supuesto una luz de esperanza con la caída del 30% de la deforestación de la Amazonía, o la aprobación de leyes para proteger los derechos digitales de la infancia, la policía había matado hasta septiembre a 4.565 personas, más de 80% negros.
A las amenazas para los derechos humanos se suma la «mayor sofisticación e internalización» del crimen organizado y las «muy ineficaces» respuestas gubernamentales, recuerda Goebertus.
Es el caso del «populismo punitivo» que practica El Salvador, donde en dos años y medio se ha detenido a 83.000 personas y 300 han muerto en la cárcel, «sin que haya habido un proceso de investigación» interno.