Redacción. El director ejecutivo de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ), Carlos Hernández, lanzó una seria advertencia sobre una «crisis silenciosa» que, según él, está socavando las bases del desarrollo nacional en el sistema educativo hondureño.
La situación, de no abordarse, podría tener consecuencias devastadoras para el futuro del país. Hernández reconoció el alto nivel de desempleo, especialmente entre los egresados universitarios. Sin embargo, fue enfático al afirmar que la raíz del problema reside en las deficiencias estructurales del sistema educativo en su totalidad. No se trata solo de la falta de empleos, sino de la incapacidad del sistema para preparar a los jóvenes para el mercado laboral y la vida.
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Niños fuera del sistema escolar
La alerta del representante de la ASJ es contundente: más de un millón 300 mil niños están fuera del sistema escolar, a pesar de que Honduras cuenta con aproximadamente tres millones de personas en edad educativa.
A esto se suma la alarmante pérdida de más de 300,000 estudiantes durante la pandemia. Hasta el momento, no existe una estrategia clara y efectiva de recuperación que permita reintegrar a estos jóvenes y subsanar las brechas de aprendizaje.
“No podemos enfocarnos solo en los universitarios cuando hay un millón 300 mil niños fuera de las aulas”, insistió.
Hernández fue crítico con la falta de compromiso político hacia la educación. Señaló que ni la presidenta Xiomara Castro ni los actuales aspirantes presidenciales parecen priorizar este tema crucial. A su juicio, la ausencia de una política educativa clara y sostenida es extremadamente grave, especialmente si no se prioriza la educación desde los primeros años de vida de los niños.
Urgente llamado
Finalmente, el director de la ASJ hizo un llamado urgente a una reforma educativa integral. Esta reforma, según su propuesta, debe basarse en pilares fundamentales: la equidad, una inversión sostenida a largo plazo, la formación docente de calidad que eleve el nivel de los educadores, y la creación de opciones técnicas inclusivas que realmente preparen a los jóvenes para un futuro con oportunidades laborales reales y dignas. La educación, recalcó Hernández, es la base para combatir la pobreza y el desempleo.