CORTÉS, HONDURAS. Uno de sus guardaespaldas abrió el portón del garaje de su casa y su chófer intentó huir de los sicarios, así ocurrió el crimen ocurrido ayer en la residencial El Pedregal, donde una de las víctimas mortales fue Luis Alfonso Chinchilla Espinoza, de 27 años, hijo menor de Gustavo Chinchilla, dueño de Tiendas El Bombazo, asesinado en 2014.
Todo ocurrió a eso de las 1:00 PM, dijo la Policía Nacional, cuando Chinchilla iba llegando a su hogar. De pronto, sujetos que usaban indumentaria de la Agencia Técnica de Investigación Criminal (ATIC) se bajaron de un automóvil pick-up de lujo y comenzaron a dispararle al empresario.
Durante el tiroteo, el motorista de Chinchilla quedó herido y descendió del vehículo Isuzu D-Max gris de su patrón, y en ese momento, él quiso escapar, pero uno de los matones se le acercó y le acribilló a quemarropa.
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El cadáver de Carlos, como se llamaba la segunda víctima mortal, yacía tendido en la calle de la residencial, sobre un charco de sangre, mientras que Luis Chinchilla murió de inmediato sentado como copiloto.
Entre tanto, el guardaespaldas que estaba abriendo el portón recibió un balazo en uno de sus brazos, pero logró salvarse porque se refugió dentro de la vivienda. Posteriormente, cuando ya todo había pasado, llamó a la familia de Chinchilla para contarles lo acontecido.
Cuando los miembros de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) llegaron a la escena del crimen, contabilizaron alrededor de 14 casquillos de bala.
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