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miércoles, abril 24, 2024

Así cambió a Honduras la llegada del primer carro en 1905

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HONDURAS. El automóvil se introdujo relativamente temprano a Honduras, en 1905, cuando el empresario suizo don Julio Villars arribó a la capital en su ya legendario carro acompañado del entonces presidente Manuel Bonilla.

Hasta esa fecha, las comunicaciones en Honduras habían sido realmente un martirio, pues la accidentada geografía del país impidió la construcción de vías de comunicación modernas.

A lo largo del siglo XX, el automóvil contribuyó notablemente en varios aspectos a la sociedad. En primer lugar, ayudó a vincular y articular los circuitos económicos del país con los puertos y las zonas fronterizas, lo cual ayudó a agilizar las exportaciones mineras del centro del país, así como la producción agrícola y ganadera del sur, oriente y norte del país.

Paralelamente, dotó al Estado de una infraestructura no solamente vial, sino institucional, al evolucionar el antiguo Ministerio de Fomento y Obras Públicas de la primera mitad del siglo XX en la actual Secretaría de Obras Públicas y Transportes (SOPTRAVI), uno de los ministerios con mayor personal y presupuesto a nivel estatal.

Adicionalmente, el desarrollo de un sistema carretero en el país hizo fortalecer los vínculos y discursos de identidad nacional emanados desde Tegucigalpa hacia el resto de las zonas hasta donde se abrían carreteras.

Empresas de transporte

Con respecto a las empresas de transporte, la documentación revisada sugiere que estas
empezaron a articularse alrededor de los años 20 y 30, pero fue hasta la segunda mitad
del siglo XX cuando realmente se modernizaron, pero aún en este tiempo, la mayoría del
transporte interurbano se realizaba en las famosas y legendarias “Baronesas”, que eran
cinco camiones a los que se les adaptaba una carrocería de madera y que aún existen en
algunos pueblos remotos de Olancho y el occidente y sur del país.

En las ciudades más grandes como Tegucigalpa, San Pedro Sula y La Ceiba, desde los años 20 y 30 se fue transformando el espacio urbano con la formación de los primeros “Puntos” o “Terminales” de taxis y de buses, con lo cual se fue propiciando cierto aire de modernidad y cosmopolitismo.

Con relación al parque vehicular del país, este creció paulatinamente en la primera mitad del siglo XX, hasta alcanzar unos 19,100 hacia 1960, y luego creció vertiginosamente en las últimas décadas, hasta llegar a los 700,000 que se
reportaban hacia el 2005.

Por otro lado, el automóvil también impactó en la publicidad, pues con el tiempo los
vehículos fueron siendo parte importante de los anuncios de los periódicos, los cuales se
presentaban como el mayor y más preciado signo de la Modernidad.

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Exportación

El mercado de importaciones de los automóviles fue y sigue siendo Estados Unidos, que abrumadoramente exportó a Honduras sus famosas y familiares marcas como Ford, General Motors, Cadillac, La Salle, Oldsmobile, Buick, Pontiac, Oakland y Chevrolet.

En menor cantidad se importaron carros de Inglaterra y Alemania, de donde llegaron los famosos “Escarabajos”, denominados coloquialmente en Honduras como “Cucarachitas”. Durante los años 60 y 70, estas “Cucarachitas” ‐para ese tiempo ya ensambladas en México‐ fueron probablemente el primer instante en que las “clases medias” y algunas pocas familias de las “clases bajas” empezaron a comprar su “carrito” para revelar el ascenso social que se comenzó a  evidenciar en la sociedad hondureña como producto del proceso de modernización gestado entre el gobierno de Juan Manuel Gálvez (1949‐1954) y el de Ramón Villena Morales (1957‐1963).

Legislación

El automóvil impactó en la legislación hondureña, pues el crecimiento de la flota
vehicular provocó nuevos problemas urbanos, el tráfico y también accidentes o percances
entre los conductores y los peatones.

De este modo, se fueron promulgando una serie de Acuerdos y Reglamentos como los de 1906, 1914, 1928 y 1933, que fueron los primeros intentos por normar el uso y circulación de los automóviles.

Desde el Reglamento de Vehículos de 1933 se percibe un afán por establecer
disposiciones tributarias a través del registro y matrículas de los vehículos. Estas normas y reglamentos posibilitaron un nuevo reordenamiento urbano que
paulatinamente condujo a un mayor cosmopolitismo y modernidad en las principales
ciudades del país, evidenciando el ansiado ideal de progreso del proyecto liberal de la
clase política hondureña.

Hecho en Honduras

El proceso más importante de la historia del automóvil en Honduras tuvo su
punto más destacado en los años 60 y 70, cuando incluso se experimentó la fabricación
nacional de autobuses en los 60, y luego de automóviles en los 70, los famosos carros
marca “Compadre”.

Fuente: Demos un raite – Jorge Alberto Amaya

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