31 C
San Pedro Sula
jueves, julio 31, 2025

Así cambiaría la economía de EEUU con los aranceles de Trump

Debes leer

Redacción. Durante los últimos seis meses, Estados Unidos ha transformado drásticamente el orden comercial global que prevaleció por décadas, implementando un sistema en gran medida no probado.

Potencias económicas como la Unión Europea (UE) y Japón rápidamente aceptaron aranceles más altos sobre sus exportaciones, cediendo a las demandas del presidente Donald Trump para evitar perjudiciales guerras comerciales y lograr una leve reducción de los aranceles estadounidenses, que permanecen elevados.

A medida que las principales economías se preparan para firmar acuerdos que incluyen las tarifas más altas de la historia moderna, la visión de Trump sobre el comercio mundial se materializa con rapidez.

La nueva normalidad utiliza la economía estadounidense como palanca, obligando a otros países a aceptar aranceles del 15 al 20 % para comerciar con Estados Unidos. Además, se impondrán tarifas aún más elevadas a exportaciones de productos esenciales, como el acero, o a ciertos países adversarios, como China.

El resultado parece dar la razón a Trump, demostrando que sus amenazas arancelarias son una poderosa herramienta de negociación. La moderada reacción del mercado a los aranceles del 15 % impuestos a Japón y la UE sugiere que el pánico anticipado por sus anteriores gravámenes extremos podría no materializarse.

Nigel Green, director ejecutivo de deVere Group, una firma global de asesoría financiera, describió el acuerdo con la UE como un «reinicio, no una resolución». «Hace un año, los mercados habrían retrocedido», afirmó.

Impacto económico

Aunque el plan del mandatario para el comercio mundial parece una victoria política, su éxito económico sigue siendo mucho más discutible. El gobierno de Trump ha iniciado un amplio experimento económico, con niveles arancelarios no vistos en Estados Unidos desde principios del siglo XX.

Los aranceles que exige que otros países acepten suelen ser herramientas de economías pobres que buscan proteger industrias nacientes, no de potencias industriales como Estados Unidos.

El gobierno de Donald Trump ha aprobado una ley fiscal que aumenta drásticamente el déficit presupuestario federal a corto plazo.

Trump y sus partidarios argumentan que aranceles más altos alentarán a muchas más empresas a producir en Estados Unidos, además de crear empleos en fábricas locales y afectar mínimamente a empresas y consumidores.

El presidente también insiste en que los gobiernos extranjeros, y no las empresas o consumidores estadounidenses, pagarán los aranceles, a pesar de que investigaciones previas sugieren que, en última instancia, los estadounidenses soportan la peor parte.

Políticas mercantilistas

Clyde Prestowitz, exfuncionario del gobierno estadounidense y fundador del Instituto de Estrategia Económica, comparó a Estados Unidos bajo Trump con el país antes de 1946 y con otras naciones, como China, que construyeron sus economías con políticas mercantilistas.

Esas estrategias usan el proteccionismo para acumular excedentes comerciales y riqueza. «Funcionó para Inglaterra, Estados Unidos, Francia, Benelux, Alemania, Japón, Corea y todos los demás que se hicieron ricos», dijo Prestowitz.

Muchos economistas pronostican que los aranceles de Trump provocarán un aumento de los precios tanto para las empresas que importan productos como para los consumidores. Anticipan que esto ralentizará la economía y frenará, al menos en parte, los esfuerzos del presidente por reactivar la industria manufacturera.

En las últimas semanas, fabricantes de automóviles como General Motors y Volkswagen han registrado pérdidas superiores a mil millones de dólares debido a estas medidas.

Las autoridades estadounidenses han señalado que esperan imponer nuevos aranceles a los semiconductores y a otros productos.

Consecuencias

«Lo que se pierde es que, incluso al cerrar estos acuerdos, la tasa arancelaria final probablemente alcanzará un máximo del 20 %. Es un gran aumento desde menos del 3», explicó Diane Swonk, economista jefe de KPMG.

Aunque la gente esperaba un efecto económico «instantáneo» de los aranceles, Swonk señaló que su despliegue ha sido irregular, con muchas paradas y arranques, y que el impacto tarda en manifestarse a través de las cadenas de suministro.

Estudios económicos sugieren que los efectos completos de los aranceles tardan entre seis y 18 meses en aparecer. Por ejemplo, la guerra comercial del primer mandato de Trump con China, que comenzó en 2018, no debilitó el sector manufacturero hasta el año siguiente.

Brad Setser, economista del Consejo de Relaciones Exteriores, cree que los aranceles son «lo suficientemente significativos como para ralentizar la economía». También representan «un cambio importante en la política que la mayoría de los estadounidenses sentirán».

Sin embargo, advirtió que probablemente no son lo bastante significativos como para empujar a la economía estadounidense a una recesión. Además, los aumentos de precios para los consumidores serán «lo suficientemente grandes como para ser perceptibles, pero no representarán un impacto gigantesco».

Los compradores de pequeños electrodomésticos, ropa y juguetes probablemente notarán el impacto este otoño debido a los aranceles del 20 al 30 % aplicados a muchos países asiáticos que fabrican esos productos. «Es una política que, en la mayoría de los modelos, ralentizaría la economía, no impediría su crecimiento», afirmó Setser.

Algunos analistas sostienen que los recientes anuncios de acuerdos han sido positivos porque han evitado, al menos por ahora, la probabilidad de guerras comerciales con los principales socios. Otros afirman que los beneficios económicos de los acuerdos son limitados más allá de eso.

Hoy en Cronómetro

Última Hora

error: Contenido Protegido