AFP. El asesor de Seguridad Nacional de Donald Trump, Mike Waltz, dejó su cargo tras el escándalo por la filtración de una conversación sobre ataques aéreos en Yemen, confirmó el presidente estadounidense este jueves.
«Mike Waltz ha trabajado arduamente para priorizar los intereses de nuestra nación. Sé que hará lo mismo en su nuevo puesto», escribió Trump en su red Truth Social. Waltz asumirá el cargo de embajador de Estados Unidos ante la ONU.
Mientras tanto, el jefe de la diplomacia, Marco Rubio, asumirá el cargo de asesor interino de Seguridad Nacional hasta que se designe un nuevo funcionario.
Escándalo: «Signalgate»
La salida de Waltz marca la primera reestructuración significativa del gobierno de Trump tras su regreso a la Casa Blanca. El escándalo, conocido como ‘Signalgate’, se originó cuando un periodista fue incluido por error en un chat de la aplicación Signal sobre ataques aéreos contra los rebeldes hutíes en Yemen.
En la conversación se expuso información sensible, incluidos los horarios y detalles de los ataques aéreos, lo que generó preocupación sobre la seguridad nacional.
Asimismo, en el chat filtrado mostraba información precisa sobre los ataques programados. El 15 de marzo, Pete Hegseth, secretario de Defensa, escribió: “1215: despegan los F-18 (primer grupo de ataque)” y detalló el objetivo de los ataques y los horarios exactos de los vuelos.
Más tarde, Waltz contribuyó con actualizaciones en tiempo real sobre las consecuencias de los bombardeos. Esta filtración se convirtió en un tema central de debate sobre la seguridad de la información gubernamental.
Primera baja del gobierno de Trump en su segundo mandato
Waltz y su adjunto, Alex Wong, dejarán sus cargos debido al escándalo. Este es el primer alto funcionario que abandona el gobierno durante el segundo mandato de Trump, un periodo que hasta ahora ha sido considerado más estable en términos de personal que su primer mandato (2017-2021).
La filtración ha sido un tema de debate intensivo en los círculos políticos, con numerosos críticos señalando a Waltz como el responsable del escándalo, argumentando que comprometió la seguridad nacional.
El caso también involucró al secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien participó activamente en el chat.
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Trump sigue lidiando con las consecuencias del escándalo mientras prepara los ajustes necesarios para mantener la estabilidad en su administración.