ESTADOS UNIDOS. Sonny Morgan se encontraba alojado en el hotel Mandalay Bay de la ciudad del pecado por una conferencia de trabajo. Él jamás se imaginó que se despertaría por el sonido de una ráfaga de disparos a solo unos metros de su habitación.
Luego de despertarse por el intenso ruido en la habitación contigua a la suya, y oler a pólvora, decidió llamar a la recepción. En una entrevista que le brindo a la cadena 11alive relató “Pensé que podían ser fuegos artificiales. Y no paraba, no paraba. Llamé a la recepción, les dije que estaba escuchando cosas y podía oler la pólvora”.
Sonny Morgan se encontraba alojado en el hotel Mandalay Bay de la ciudad del pecado por una conferencia de trabajo. Él jamás se imaginó que se despertaría por el sonido de una ráfaga de disparos a solo unos metros de su habitación.
Luego de despertarse por el intenso ruido en la habitación contigua a la suya, y oler a pólvora, decidió llamar a la recepción. En una entrevista que le brindo a la cadena 11alive relató “Pensé que podían ser fuegos artificiales. Y no paraba, no paraba. Llamé a la recepción, les dije que estaba escuchando cosas y podía oler la pólvora”.
Lejos de tranquilizarse luego de hacer esta llamada, lo que le respondieron lo asustó aún más. Le dijeron que estaban al tanto de la situación y le pidieron que mantenga la calma, y lo más impactante: que forme una barricada entre los muebles para protegerse. Temiendo lo peor, lo primero que hizo fue llamar a su esposa para decirle lo mucho que la amaba.
Finalmente, sintió que los disparos terminaron, pero una explosión le hizo pensar lo peor. “En ese punto, supongo que el tipo se suicidó y (los policías) decidieron entrar a la habitación. Escuché una gran explosión y honestamente en ese momento pensé que era un ataque terrorista. Ya sabes, alguien queriendo volar el hotel”, contó.
Luego, escuchó movimiento en dirección a su habitación. “Estaban abriendo las puertas muy agresivamente. Entró un equipo de seis o siete miembros SWAT y se aseguraron que no sea, ya sabes, una mala persona. Nos dijeron que salgamos y corramos tan rápido como podamos”.
Morgan todavía no sabía lo que en el predio donde se había celebrado el festival de música country Route 91 Harvest, habían muerto 59 personas y más de 500 habían resultado heridas, en lo que fue la peor matanza en la historia moderna de los Estados Unidos. “No sabía que habían disparado a la multitud. No sabíamos la magnitud del hecho”, explicó.
ASESINO EN LAS VEGAS
Todavía siente que no ha tomado conciencia de la dimensión del hecho: “Creo que todavía no me impactó. Es raro porque estuve viendo las noticias y escucho exactamente los mismos sonidos que oí en la noche. Eso te pone en perspectiva de lo que estaba pasando”.
Sigue hospedándose en el hotel, pero lo cambiaron de habitación, y si bien está en otro piso, ahora tiene una vista perturbadora. “Es muy similar a la perspectiva que tuvo el tipo. Y es un caos. Puedo ver exactamente donde estaban los muchachos. Puedo ver ventanas rotas. Es muy raro”.
