Redacción. El conductor del automóvil implicado en el accidente vial ocurrido la madrugada del domingo 7 de julio en el anillo periférico de Tegucigalpa, dejando como saldo la muerte de dos jóvenes, ha recibido este jueves la medida de arresto domiciliario.
Se trata de André Nathael Lobo, de 25 años de edad, quien se movilizaba en el auto junto a sus primos Mía Cáceres y Kevin Cáceres. El hondureño presuntamente se conducía a exceso de velocidad y bajo los efectos del alcohol, lo que provocó que perdiera el control del vehículo y se estrellara contra un poste de publicidad.
En el lugar de los hechos murió Mía Cáceres, de 19 años, y días después se reportó el deceso de Kevin Cáceres, quien se encontraba conectado a un ventilador mecánico luego del accidente.
Arresto domiciliario
Tras casi dos semanas después del accidente, el portavoz del Poder Judicial, Melvin Duarte, confirmó que a Lobo se le realizó una audiencia y se le dictó arresto domiciliario, además se le acusa de los delitos de homicidio con dolo eventual, conducción temeraria y daños materiales al Estado de Honduras.
La audiencia de declaración de imputado se llevó a cabo dentro del Hospital Escuela debido a que el acusado permanece hospitalizado y recientemente se sometió a una operación.
La audiencia inicial se realizará el martes 23 de julio a las 8 de la mañana y, de igual manera, se haría en el hospital. Por ahora permanecerá bajo el cuidado de su padre en el hospital. Se desconoce cuándo se le dará de alta para que afronte las acusaciones.
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Víctimas del choque
El accidente vial se registró en el anillo periférico de Tegucigalpa. La primera persona que murió respondía en vida al nombre de Mía Pamela Cáceres Ordóñez, estudiante de la carrera de Arquitectura de la Universidad Católica de Honduras y originaria de Tocoa, Colón.
Para el 11 de julio se registró el deceso de Kevin Fernando Cáceres, exjugador del equipo de fútbol Lobos UPNFM y tenía 22 años de edad.
El homicidio con dolo eventual, el primer delito que se le imputa a André Lobo, es cuando la persona es consciente de los daños y del resultado que se puede derivar de una cierta conducta. Acepta el resultado como posible y aun así decide continuar con lo que estaba haciendo.
Y el delito de conducción temeraria es cometido cuando una persona conduce cualquier tipo de vehículo con manifiesto riesgo para las personas. En Honduras, según el artículo 323 del Código Penal, este delito se castiga con una pena de seis meses a tres años de reclusión. Aunque también de uno hasta seis años se le puede privar el derecho de conducir vehículos.