Redacción. El arresto de un inmigrante hondureño ha generado conmoción en la comunidad hispana de Norcross, Georgia, Estados Unidos, especialmente entre los feligreses de la iglesia pentecostal donde él asistía a un servicio religioso el pasado domingo.
Se trata de Wilson Velásquez, quien portaba un grillete electrónico como parte de su proceso migratorio. Lo detuvieron agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduana (ICE) alrededor de las 11:00 a.m., justo después de salir del templo tras ser notificado de la presencia de los oficiales.
Los agentes de inmigración no ingresaron al interior de la iglesia, respetando las medidas de seguridad del recinto, que incluyen un sistema de acceso con código PIN.
Sin embargo, fuera del templo, Velásquez fue arrestado rápidamente, sin previo aviso y sin interacción alguna con su familia o los feligreses presentes.
Según el pastor Luis Ortiz, quien estaba en ese momento impartiendo la palabra de Dios, lo aprehendieron sin mediar palabras, con los oficiales comunicando simplemente que Velásquez estaba bajo arresto, tras lo cual le colocaron las esposas.
Impacto en la familia y la comunidad
El arresto ocurrió mientras se llevaba a cabo el servicio religioso, lo que dejó a la comunidad en shock. La familia de Velásquez, compuesta por su esposa y tres hijos menores de edad, no pudo despedirse de él.
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Al enterarse de la situación, intentaron salir para ver qué ocurría, pero les impidieron acercarse a su familiar. Esto generó un gran nivel de angustia y confusión.
La esposa de Velásquez relató, en una entrevista exclusiva, que su esposo estaba cumpliendo con todos los requisitos migratorios establecidos, como asistir puntualmente a las citas con la oficina de inmigración.
La familia contaba con documentos provisionales, incluyendo el seguro social, permiso de trabajo e identificación, lo que hace que la detención resulte aún más desconcertante.
Ante la detención, el pastor Ortiz tomó medidas inmediatas para garantizar la seguridad de los feligreses, enviando primero a aquellos con estatus migratorio regular para asegurarse de que no hubiera más agentes en el perímetro de la iglesia.
La familia de Velásquez sigue luchando por su proceso de asilo, a pesar del dolor y la incertidumbre. La iglesia continúa siendo un apoyo tanto para ellos como para quienes temen enfrentar situaciones similares.