Redacción.- Rex Heuermann es un arquitecto de 59 años de edad, originario de Nueva York, Estados Unidos, acusado de ser un asesino serial de trabajadoras sexuales.
Hasta hace poco era conocido como un profesional con dos hijos y una vida normal, pero desde el pasado viernes 14 de julio pasó a ser identificado como un asesino serial autor del asesinato de al menos cuatro mujeres y cuya muerte se remite a 13 años de búsqueda de parte de las autoridades.
Se le ha acusado de la muerte y la desaparición de tres mujeres identificadas como Melissa Barthelemy, Megan Waterman y Amber Costello. Igualmente, es el sospechoso del asesinato de Maureen Brainard-Barnes, ocurrido en 2007 y no se descarta que esté involucrado en más muertes.
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Según el New York Post, la primera muerte que dio una pista fue la de Shannan Gilbert, una trabajadora sexual de 24 años. Hizo una premonitoria llamada al número de emergencias 911, el 10 de mayo de 2010: “Algo me va a pasar… hay alguien detrás de mí… por favor”.
Gilbert desapareció después de salir a pie, de la casa de un cliente, en la comunidad costera de Oak Beach. Su cuerpo lo encontraron ocho meses después, pero abrió un caso mucho más grande, un misterio en Long Island que estaba relacionado con el hallazgo de 10 cuerpos más, encontrados en el área.
El 11 de diciembre de 2010, un policía del condado de Suffolk y un perro de búsqueda de cadáveres recorrían la misma zona de arbustos donde fue encontrado el cuerpo de Gilbert, en Gilgo Beach, un área en estado de Nueva York. Allí encontraron otro cadáver, el de la trabajadora sexual Melissa Barthelemy, de 24 años.
Durante los dos días siguientes, los restos de otras tres mujeres, Megan Waterman, de 22 años, Amber Costello, de 27, y Maureen Brainard-Barnes, de 25, rápidamente los descubrieron enterrados en el mismo sitio.
Envolvieron a las féminas igual
La policía identificó que las mujeres se encontraban envueltas de manera similar. Además todas eran acompañantes que encontraban sus clientes en el sitio web Craiglist. Identificaron el grupo como las “cuatro gilgo”, debido al nombre del sitio donde encontraron los cuerpos.
A medida que continuaba la búsqueda, la cantidad de restos humanos descubiertos cerca de Gilgo Beach aumentó a 10, ocho correspondían a mujeres, y se encontraron elementos corporales que pertenecerían a un hombre y un niño pequeño, pero era 2011 y aún no había pistas sobre el autor de los crímenes.
A pesar de que la policía consideró la posibilidad de que se trataba de un asesino serial, la investigación no avanzaba y la opinión pública acusó a las autoridades de no darle prioridad al caso, porque se trataba de trabajadoras sexuales.
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Paso a paso
Hasta 2020 que la investigación dio un giro, cuando comenzaron a aceptar sugerencias anónimas para dar con el autor de los hechos. En el lugar identificaron un cinturón, clave para afinar la búsqueda. “Creemos que el cinturón lo manipuló el sospechoso y no pertenecía a ninguna de las víctimas”, dijo entonces Geraldine Hart, comisionada de la policía de Suffolk.
El cinturón tenía grabadas las letras “HM” o “WH” y dieron una primera pista sobre el autor de los hechos. De acuerdo con CNN, poco a poco las autoridades dieron con el nombre de Heuermann. Esto dado que varias llamadas realizadas a las víctimas previo a su muerte, se habrían originado en ubicaciones conectadas a Heuermann.
En enero de este año, los investigadores decidieron tomar una muestra de la corteza de pizza sobrante que Heuermann había botado en la basura. La encontraron frente a su oficina de Manhattan. Finalmente, la evidencia de ADN lo vinculó con un cabello encontrado en el saco en que se encontraban, los restos de una de las víctimas.
Fuente: Semana.