JERUSALÉN.- Un grupo de arqueólogos por primera vez abren la tumba de Jesucristo en el Santo Sepulcro de Jerusalén.
El revestimiento de mármol que cubría la tumba de Cristo ha sido retirado por primera vez en siglos.
Según creen los científicos, el acceso a la tumba permitirá explicar las acciones de Helena, la madre del emperador romano Constantino.
Ella decidió que esta tumba era la última morada de Jesucristo tras identificarla durante unas excavaciones en el año 326.
En el marco de los trabajos de restauración realizados por un equipo encabezado por Antonia Moropoulou. Ella es una arqueóloga experta de la Universidad Técnica Nacional de Atenas.
La losa fue instalada en 1555 por Bonifacio de Ragusa, uno de los más importantes custodios franciscanos.
Él era encargado de proteger la reliquia del fervor de los peregrinos. Inclusive estos en ocasiones causaban destrozos en la capilla para llevarse un trozo.
En el siglo IV, el emperador romano Constantino I ordenó encontrar la sepultura que acogió el cuerpo de Jesucristo antes de resucitar.
Su madre, Helena, descubrió la tumba de Cristo, la Santa Cruz y otras reliquias cristianas durante su peregrinación a Jerusalén en el año 326.
Según la tradición cristiana, el cuerpo de Jesús Cristo fue colocado en un estante o «cama entierro». La cual fue excavada en la ladera de una cueva de piedra caliza después de su crucifixión por los romanos en el año 30 o 33.
Los cristianos celebran la resurrección de Jesús el Domingo de Pascua. Esto es dos días después del Viernes Santo, el día de su crucifixión.
La fecha de la Pascua corresponde aproximadamente con el Pésaj, la observancia judía asociada con el Éxodo. La cual está fijada para la noche de la luna llena cerca del tiempo del equinoccio de primavera.
El misterio de la tumba de Jesucristo
La alegada plataforma funeraria se localiza actualmente en el Edículo. Así se le conoce a una pequeña capilla de mármol en el centro de la rotonda de la Iglesia del Santo Sepulcro de Jerusalén.
El Edículo actual fue reconstruido entre 1809 y 1810 según el proyecto de un arquitecto griego.
Los investigadores han encontrado una gran cantidad de material de relleno bajo un revestimiento de mármol.
Sin embargo, los estudios se encuentran todavía en su fase inicial. Esto fue lo que aseguró el arqueólogo de la Sociedad Nacional Geográfica Fredrik Hiebert.
«Se llevará a cabo un prolongado análisis científico. Finalmente, podremos ver una superficie de la roca original donde, según la tradición, fue puesto el cuerpo de Cristo.» precisó el experto.
El final de las restauraciones del Edículo está previsto para la primavera de 2017.
En 2015, el patriarca de Jerusalén, con el consentimiento de los líderes de dos otras comunidades religiosas, ofreció la oportunidad de estudiar la capilla a la Universidad Técnica Nacional de Atenas.
El presupuesto de los trabajos supera los 4.000 millones de dólares. Esta es una cantidad que han aportado varios donantes, entre ellos el rey de Jordania, Abdalá II.
«Estamos en un momento crítico para la rehabilitación de Edículo. Las técnicas que estamos usando para documentar este monumento único permitirán al mundo estudiar nuestros hallazgos. Así como si ellos mismos estuvieran en la tumba de Cristo», dijo Moropoulou antes de retirar la losa.
Un poco de historia según la Biblia
Juan 20 versículos del 1-10 de la versión bíblica Reina-Valera 1960 describe la resurrección de Jesús.
La creencia religiosa cristiana que después de haber sido condenado a muerte, Jesús fue resucitado de entre los muertos.
Es el principio central de la teología cristiana y forma parte del Credo de Nicea: «Al tercer día resucitó, conforme a las Escrituras».
En el Nuevo Testamento, después de que los romanos crucificaron a Jesús, él fue ungido y enterrado en una tumba nueva por José de Arimatea.
Sin embargo, Dios lo resucitó de entre los muertos. Posteriormente, se apareció a muchas personas en un lapso de cuarenta días. Esto lo hizo antes de ascender al cielo para sentarse a la diestra de Dios.
Pablo de Tarso señaló que » primeramente os he enseñado lo que asimismo recibí: Que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras. De la misma manera, fue sepultado y resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras» (1 Corintios 15:3-4).
El capítulo afirma que tal creencia, tanto en la muerte y la resurrección de Cristo, es de vital importancia para la fe cristiana.
«Y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe […] y si Cristo no resucitó, vuestra fe es vana; aún estáis en vuestros pecados. Entonces también los que durmieron en Cristo perecieron. Si en esta vida solamente esperamos en Cristo, somos los más dignos de conmiseración de todos los hombres» (1 Corintios 15:14, 17-19).4
