Redacción. Arnaldo Urbina Soto, exalcalde de Yoro y extraditado a Estados Unidos (USA) por narcotráfico, está a días de recibir su condena y envió una carta a la jueza que conoce su caso, donde pidió «clemencia» en el fallo.
A Urbina Soto lo extraditaron a la nación norteamericana en enero de 2023 y en mayo de ese mismo año se declaró culpable de los delitos que le imputan. La lectura de su sentencia está programada para este viernes 13 de septiembre.
La jueza ante la que acudirá el hondureño es Denise L. Cote. En la carta que le envió, le expresa muchas situaciones tanto personales como familiares, pero sobre todo el arrepentimiento que lo llevaron a prisión en Estados Unidos.
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El texto manuscrito
La carta, escrita a puño y letra por Urbina Soto, cuenta con seis páginas y en ella relata todo lo que ha pasado en 10 años de prisión: ocho los pasó en Honduras y ese «tiempo lo ha hecho reflexionar, arrepentirse y encontrarse con Dios». De la misma manera, se describe como un hombre renovado y con un compromiso a vivir según los principios que rigen su vida.
En un párrafo destaca a su familia, mencionando que: «Yo, Arnaldo Urbina Soto, casado con Jonnely Salgado Umanzor y padre de cuatro hijos, con todo el debido y acostumbrado respeto me atrevo a dirigirme a usted a través de esta carta».
También el exalcalde hondureño destaca que el 13 de septiembre va a recibir su condena en el tribunal que la jueza preside. A su vez, remarcó que se declaró culpable de un acto del «que se arrepiente profundamente».
«Le aseguro que nunca volveré a cometer un delito semejante en mi vida. Este error ha causado una separación prolongada de mi esposa y mis hijos y desde el 27 de julio de 2014 he estado en prisión», resalta en su texto Urbina.
Infancia marcada
En otro de sus enunciados, Urbina hizo referencia a su núcleo familiar, detallando que en 1992 cuando nada más tenía 12 años perdió a su papá en un ataque armado mientras regresaban a la casa.
«Fuimos emboscados por hombres armados con rifles AK-47. Mi padre resultó mortalmente herido y falleció horas después en un hospital. Yo también fui herido, pero no de gravedad y durante más de 30 minutos estuvimos solos hasta que alguien vino a socorrernos. Viví con el temor de que los atacantes regresaran para acabar con nosotros», describe.
Para el 1996, cuando tenía 15 años, fue víctima de un nuevo atentado armado, pero esa vez acompañado de su madre.El exedil relató que varios hombres armados dispararon en reiteradas ocasiones hiriendo a su progenitora, que logró sobrevivir y el sólo sufrió heridas superficiales.
Una vida profesional
Otro de los puntos que expone Urbina Soto a la juez es su formación profesional, desde los estudios primarios entre 1986-1992 y la secundaria entre 1993-1998, donde se especializó en informática. En 2005 se graduó como abogado.
«Ejercí mi profesión hasta 2008, cuando perdí a mi madre debido a un cáncer con metástasis, una pérdida devastadora que me motivó a entrar en la política, siguiendo el deseo que ella expresó en su lecho de muerte», destacó el exalcalde yoreño.
Resaltó que en las elecciones de 2009 resultó electo como alcalde del municipio de Yoro y asumió el cargo en enero de 2010. En su administración, según el relató, trabajo en la producción de café, maíz, frijol y ganadería.
En 2012, lo reeligieron para su segundo mandato, aunque ejerció 7 meses, porque el 27 de julio del 2014 las autoridades de Honduras allanaron su casa y lo capturaron. Desde ese entonces, guarda prisión.
Se encontró con Dios
Por otro lado, Urbina señala en la carta que mientras guardó prisión en cárceles de Honduras enfrentó hacinamiento, insalubridad e inseguridad. Todo aumentó durante la pandemia del covid-19
«Contraje el virus y estuve grave en mi celda durante más de 10 días, con una atención médica limitada. Sin embargo, fue en prisión donde encontré a Dios, aceptándolo en mi vida en 2017. Desde entonces, he estudiado la Biblia, asistido a la iglesia y participado activamente en grupos cristianos», resaltó en la misiva.
Según el acusado, «haber aceptado a Dios ha transformado mi vida de manera significativa. Ahora comprendo el camino de la verdad y me esfuerzo por hacer el bien, alejándome de cualquier acto delictivo».
En consecuencia, afirma que está decidido a enseñarle a sus hijos a conocer a Dios y vivir de acuerdo con sus principios. A su vez, resaltó que pese a estar ausente de casa, su esposa educa a su hijos y mantiene el hogar.
Clemencia y misericordia
Ante todo lo descrito y de cara a una condena, Urbina reconoció su responsabilidad en los errores que cometió y, por ello, pidió perdón. «Su señoría, por el crimen que me trajo a esta situación, me siento profundamente arrepentido y le ruego que tenga misericordia».
«Desde mi extradición a Nueva York el 31 de enero de 2023, trabajo para reintegrarme en la sociedad. He estudiado inglés y trabajo en la cocina del Metropolitan Detention Center (MDC) en Brooklyn desde enero de 2024, lo que me ayuda a adquirir nuevas habilidades», afirmó.
Urbina reiteró su perdón y aseguró estar consiente del daño que le causó al departamento de Yoro y a Estados Unidos. Afirma estar decidido a no cometer nunca ningún crimen que lo lleve a perder la libertad y estar lejos de su esposa e hijos.
A Urbina Soto lo acusa la Fiscalía del Distrito Sur de Nueva York de conspirar para el tráfico de cocaína, además de tráfico de armas. Según su carta, dijo que no volverá a incurrir en ninguna actividad ilícita.
Hoy, permanece recluido el Metropolitan Detention Center (MDC) en Brooklyn, Nueva York. En este tiempo, las autoridades han señalado que es un interno trabajador, responsable y confiable al grado de desempeñarse como cocinero matutino y quien prepara el almuerzo para más de 1,300 presos.
