La ciudad de Roma, que fue víctima de terribles redadas de judíos en 1943, contará con un museo sobre el Holocausto, un proyecto que el gobierno de la ultraderechista Giorgia Meloni aprobó esta semana.
Italia, a través de «la creación de un museo nacional de la Shoah en Roma», quiere «contribuir a mantener viva y presente la memoria del Holocausto» judío, explicó el gobierno en un comunicado de prensa tras el Consejo de ministros.
La decisión se tomó una semana después de la visita a Roma del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
El exterminio de los judíos de Europa, ordenado por la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial, se cobró al menos seis millones de víctimas y afectó también a Roma, donde residía una de las comunidades judías más antiguas de Europa.
Lea aquí: Así es estatua de Hércules, hallada en una alcantarilla de Roma
El 16 de octubre de 1943, tropas alemanas, apoyadas por funcionarios del régimen fascista, asaltaron el antiguo barrio judío de Roma, en el corazón de la ciudad.
En total, 1.023 judíos fueron deportados al campo de exterminio de Auschwitz, de los cuales sólo 16 sobrevivieron.
Según el ministro de Cultura, Gennaro Sangiuliano, se destinarán 10 millones de euros (casi 11 millones de dólares) para «empezar a construir» el museo, cuyo proyecto empezó a idearse hace más de 25 años.
El anuncio fue bien recibido por la comunidad judía de Roma. Su presidenta, Ruth Dureghello, pidió en un comunicado «que se aceleren los plazos» para que Roma «cuente con un museo como todas las grandes capitales europeas».
El museo se construirá en un terreno contiguo al parque de Villa Torlonia, que fue la residencia del dictador fascista Benito Mussolini, en el poder desde 1922 hasta 1943.
Lea también: Pilotos italianos mueren al chocar aviones en entrenamiento
Bajo su régimen, se adoptaron las llamadas «leyes raciales», una legislación antisemita que fijaba una serie de medidas discriminatorias contra los judíos, entre ellas la prohibición de acceder a puestos de trabajo en el servicio público, la exclusión de los niños judíos de las escuelas públicas y la prohibición de casarse con católicos italianos.
El museo del Holocausto debe «ser un instrumento de educación para la democracia, y el pluralismo (…) porque lamentablemente vemos que principios que considerábamos adquiridos o conquistas que creíamos definitivas no lo son», explicó el viernes a la AFP el arquitecto a cargo del proyecto, Luca Zevi.
Preguntado al respecto, respondió que el museo se inaugurará, en principio, «en tres años» como máximo.