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miércoles, diciembre 18, 2024

Angie Molina, aguerrida joven que vende jugos en la UNAH para costearse sus estudios

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REDACCIÓN. Angie Nicolle Molina Palma es una joven hondureña a la que los problemas económicos la empujaron a emprender en un pequeño negocio con el que se costea sus propios estudios para poder graduarse como licenciada en biología en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH).

La joven estudiante de 20 años, es originaria de la aldea El Tizatillo, de Francisco Morazán, donde culminó su educación primaria y secundaria.

Angie siempre ha destacado por tener excelencia académica, pero al llegar a la educación superior se dio cuenta de lo difícil que sería continuar con su sueño, pues su residencia quedaba a una hora de Tegucigalpa y su situación económica estaba muy complicada.

Ese obstáculo no la detuvo; Angie decidió vivir en la capital para poder moverse sin ningún problema al Alma Mater, aunque sabía que los pocos recursos económicos podrían ponerla en una apretada situación.

Fue así como la hondureña ha logrado avanzar en sus estudios atravesando circunstancias duras, pero que para nada la ha detenido y ya cursa su segundo año de carrera.

Emprendimiento

En pláticas con Diario Tiempo, la talentosa catracha contó que en la universidad conoció a su amiga Johely, quien compartía situación similar a la suya, por lo que decidieron juntas emprender en un negocio que ya tenía en mente Johely: vender jugos.

«La idea de vender surgió por mí amiga Johely y yo me uní a ella; ahora nosotras vendemos en la universidad«, contó la compatriota.

joven vende jugos en la UNAH
La compatriota sueña con graduarse y tener un negocio exitoso.

Ambas chicas recorren los pasillos de los edificiones y demás zonas concurridas de Ciudad Universitaria (CU) en busca de estudiantes, docentes y demás empleados que deseen comprar un rico jugo.

Las estudiantes venden jugos naturales en bolsa de diferentes sabores, mayaguyá, nance, tamarindo, melón y guayaba, a un costo de 15 lempiras.

«La vida trae muchos obstáculos, pero con arduo trabajo y mucho esfuerzo uno puede salir adelante»

Para ofrecer el producto las jovencitas se turnan, de acuerdo con el horario de clases que llevan. «Yo tengo clase en la mañana entonces mi amiga vende en la mañana, mientras que yo salgo, luego yo vendó, cuando ella está en clase por la tarde», expresó Molina.

Buscando el éxito

Además de pagar la matricula, trabajos académicos, libros y demás materiales que piden en las clases, Angie debe pagar su hospedaja en Tegucigalpa y su alimentación. Es por ello, que no se rinde y todos los días sale a vender con la esperanza de que su negocio crezca.

La catracha contó que como en muchos negocios han tenido días buenos y días malos de venta, sin embargo, está consciente que debe seguir adelante, pues es la manera con la que costea sus estudios.

«Hay días que regresamos muy tarde a la casa, a veces terminamos a las 6 de la tarde de vender y empezamos desde las 9 de la mañana», relató.

Angie, además, dejó claro que cuenta con el apoyo de su madre, pero tiene un hermano menor y ha preferido que la mayor ayuda la tenga él. «Mi mamá me ayuda en lo que puede cuando puede porque pasamos por problemas económicos y yo tengo mi hermano menor, entonces prefiero que lo apoye más a él que a mí, yo puedo con esfuerzo costear mis estudios«.

Dato: La compatriota se levanta todos los días muy temprano para vender en la universidad, turnando sus horas libres con una amiga.

Sueño en grande

Además de soñar por finalmente graduarse, Angie y su amiga anhelan algún día alcanzar el éxito con su negocio y esperan tener su propia marca. «Mi meta más grande es poder terminar mis estudios y poder llevar el negocio con mi amiga a otro nivel ser emprendedoras de nuestra propia marca», exclamó la joven.

joven vende jugos en la UNAH
Angie y su amiga, Johely.

Lo que ha vivido la destacada estudiante la ha llenado de valor y coraje, y es que no se deja vencer por las dificultades que en su vida se presente. Angie tiene más que claro que pronto se graduará y la satisfacción que sentirá será incomparable, pues le ha costado sudor y sacrificio.

«En cinco años me veo ya graduada, con mejor experiencias con mejor aprendizaje no solo universitario si no también de la vida».

Animos

Para terminar, Molina recordó que muchos hondureños viven en la misma situación. Sin embargo, no todos han tenido la valentía de trabajar por sus sueños y lamentablemente algunos se estancan y abandonan sus estudios.

En este sentido, la joven hondureña motivó a los compatriotas a perseguir sus metas, así como animó a los jóvenes a emprender y generar un poco de dinero a través de trabajo y disciplina.

«Mi consejo es que sigan adelante que la vida trae muchos obstáculos tanto emocionales como personales, familiares, físicos pero con arduo trabajo y mucho esfuerzo uno puede salir adelante«, expresó.

La historia de Angie sirve de ejemplo para todos los estudiantes que a traviesan problemas y a veces no encuentran salida. «Nada es fácil, pero hay que luchar por lo que se quiere», concluyó la joven.

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