Redacción. El cardenal Angelo Becciu, a quien el papa Francisco despojó de sus privilegios de purpurado tras su condena en primera instancia a 5 años y 6 meses de cárcel por malversación de fondos del Vaticano, había insistido en su derecho a participar en el cónclave. Pero, este martes, Becciu finalmente anunció su renuncia a participar en la elección del próximo papa.
«Por el bien de la Iglesia (católica), que he servido y continuaré a servir con fidelidad y amor, así como para contribuir a la comunión y serenidad del cónclave, he decidido obedecer, como siempre he hecho, a la voluntad del papa Francisco y no entrar en el cónclave a pesar de seguir convencido de mi inocencia», ha dicho Becciu en una declaración enviada a los medios.
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Becciu tomó su decisión tras la congregación general de los cardenales celebrada el pasado lunes, en la que se decidió que el cónclave comience el próximo 7 de mayo, según habían informado los medios.
En las anteriores reuniones de cardenales antes de funeral, el secretario de Estado, Pietro Parolin, había mostrado dos documentos firmados por el papa Francisco que indicaban que Becciu no podía participar en el cónclave.
El responsable de la sala de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, dijo el pasado lunes que los cardenales no habían adoptado «ninguna deliberación por el momento» sobre el ‘caso Becciu’.
¿Qué hizo Becciu?
Becciu gestionaba fondos reservados y de ahí surgió el escándalo que terminó con él. Entre las causas en las que estuvo envuelto hay dos situaciones puntuales que molestaron mucho al papa. Uno responde a la compra de un edificio de lujo en Londres con fondos del Vaticano y el otro al presunto secuestro de una monja.
Respecto a este último motivo, la realidad es que se trató de una amiga del cardenal Becciu, que con todo fraguado, lograba que se aportaran cifras regulares para -supuestamente– mantenerla viva por captores inexistentes hasta que se acordó su liberación.
Francisco se enteró de esto en 2020 y lo echó en el acto. Un tribunal condenó al cardenal italiano de 76 años a 5 años y 6 meses de cárcel por malversación de fondos, y ahora él espera la resolución de su recurso.
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