Redacción. La amusia es un trastorno neurológico poco conocido que afecta la capacidad de las personas para percibir y procesar la música. A diferencia de la sordera o la falta de “oído musical”, las personas con amusia pueden escuchar sonidos y voces, pero no logran identificar melodías, ritmos ni detectar si una pieza musical está desafinada o fuera de tono.
Causas y origen
Este trastorno se produce por una desconexión funcional entre regiones específicas del cerebro, principalmente en el hemisferio derecho. Estudios neurocientíficos indican que la amusia implica una conectividad reducida entre el giro temporal superior y el giro frontal inferior, áreas clave en el procesamiento musical consciente.
Existen dos tipos principales de amusia:
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Amusia congénita: De origen genético, presente desde la infancia. Estudios genéticos muestran que entre el 39 % y 46 % de familiares directos de personas con esta condición también pueden presentar dificultades similares. Representa una parte pequeña, pero significativa, de la población.
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Amusia adquirida: Resulta de lesiones cerebrales, generalmente en el lóbulo temporal o frontal. La recuperación depende de la región afectada; las lesiones en el hemisferio izquierdo tienden a tener mejor pronóstico, mientras que las del derecho pueden causar trastornos persistentes.
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Síntomas
Las personas con amusia presentan dificultades para:
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Reconocer melodías, ritmos, armonías y timbres musicales.
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Percibir si una canción está desafinada o si alguien desafina al cantar o tocar un instrumento.
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En casos severos, la música puede resultar desagradable o incluso dolorosa.
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Presentar rechazo emocional hacia la música.
Diagnóstico
El diagnóstico se realiza mediante el Protocolo de Evaluación de Amusia de Montreal (MBEA), que evalúa la percepción en seis áreas: escala, contorno, intervalo, ritmo, métrica y memoria musical. Es fundamental para diferenciar la amusia de otros problemas auditivos o cognitivos.
Avances y perspectivas
En los últimos años, se han desarrollado aplicaciones digitales para detectar indicios preliminares de amusia a través de pruebas interactivas. Sin embargo, los expertos insisten en la necesidad de un diagnóstico clínico profesional.
Además, investigaciones recientes exploran la relación entre la amusia y dificultades en la prosodia del habla (entonación y ritmo), sugiriendo que la percepción musical y del lenguaje comparten mecanismos neuronales, lo que abre nuevas vías para futuras terapias e intervenciones.
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