FARÁNDULA. La talentosa artista, América Ferrera, hija de padres hondureños, está triunfando en Estados Unidos al interpretar personajes destacados de famosas series o largometrajes, como ser la reciente película «Barbie». Sin embargo, su camino hacia el éxito ha estado cubierto de desafíos y todo por ser de descencencia latina.
Aunque la actriz hondureña-americana goza de gran éxito en la actualidad, no siempre fue así. America soñaba con ser actriz desde que era muy pequeña. Lo hacía aunque nunca había visto a una latina con la que se pudiera identificar ni en la tele, ni en sus películas favoritas. A pesar de que amigos, familiares y maestros le advirtieron muchas veces que las personas que se veían como ella no triunfaban en Hollywood, ella continuó con sus sueños.
A lo largo de su carrera, tuvo que luchar con muchos de los estereotipos impuestos sobre los latinos. «Esos eran los tipos de roles que existían para alguien como yo. Alguien a quien miraron y vieron como demasiado marrón, demasiado gorda, demasiado pobre, poco sofisticada», dijo América hace algunos años sobre los roles en los que tuvo que audicionar.
Vea también: América Ferrera, primera hondureña en tener una barbie en su honor
Un obstáculo que superar
Pronto se dio cuenta de que en realidad no importaba que ella fuera una mujer latina de carne y hueso. Los papeles que le estaban ofreciendo eran los mismos estereotipos cansados como “novia del pandillero” o “chola embarazada #2”.
Cuando audicionaba para papeles más cercanos a su realidad y a los personajes con los que había soñado de niña, se encontraba con distintas versiones de la misma respuesta: “Recibí el mismo mensaje una y otra vez y otra vez. Que mi identidad era un obstáculo que debía superar”.
Así que intentó seguir las reglas. Trató de no broncearse, se alisó el cabello y se puso a dieta, pensando que tendría su oportunidad si tan solo la gente dejara de ver “a una latina demasiado gorda, demasiado morena y demasiado pobre”.
Uno de los papeles que marcó la vida de la artista fue «Ugly Betty», pues durante la audición pasó una situación para ella bastante complicada. Ferrera contó que hace dos décadas, cuando a los 16 acudió a su primera audición, el director ante el cual hizo la prueba, le dijo, «Muy bien, pero, mmm, puedes hacerlo de nuevo sonando más latina«.
En ese momento, la actriz percibió que en el casting esperaban que ella cayera en el estereotipo latino de ser el personaje que habla un inglés malo y funge de compinche de los actores principales. Entonces, en lugar de dar eso que le solicitaban, se limitó a contestarle nuevamente al director, «Soy latina y así es como sueno».
Un cambio necesario
Después de mucho tiempo de intentar ser un poco menos ella para encajar en este sistema, America se dio cuenta de que mientras verdaderamente quería ver un cambio, no estaba haciendo mucho para inspirarlo. Primero debía dejar de verse en la misma forma en la que la veían. Dejar de ver su identidad como un obstáculo.
«Si pudiera regresar y decir algo a esa niña de nueve años, bailando en el estudio, soñando sus sueños, le diría que mi identidad no es un obstáculo. Mi identidad es mi súper poder. Al final, nosotros, todos nosotros, somos como se ve el mundo. No es necesario crear una nueva realidad. Solo hay que dejar de resistirnos a la nuestra», agregó.
Brillando como «Barbie»
Su aguerrido trabajo e indudable talento la llevó a formar parte del elenco de la película «Barbie«. América interpreta a “Gloria”, una de las humanas de la ficción.
No obstante, la artista ha confesado que nunca se sintió como una Barbie pues las muñecas nunca encajaban con ella durante sus años de juventud.
«Para ser completamente honesta, nunca fui una chica Barbie. No podíamos pagarlas. Y simplemente no encajaban conmigo. No me veía reflejada en ese mundo de una manera que capturara mi imaginación», manifestó.
A pesar de esto, América no dudó en unirse al elenco de la película dirigida por Greta Gerwig. Su destacado personaje, para Ferrera, significa expandir la cultura y se siente orgullosa de representar a la comunidad latina.
“Lo emocionante de ser parte de esta película sobre un ícono tan influyente en nuestra cultura es expandir y cambiar la narrativa para incluir a más de nosotros, para que las niñas y los niños puedan verse a sí mismos en algo tan dominante”, expresó.