Choloma. En medio de un múltiple despido injustificado de empleados, el alcalde de Choloma, Gustavo Mejía, no se midió y le entregó el «sobre blanco» a un veterano empleado con discapacidad física.
Pese a su larga trayectoria laborando en la municipalidad de Choloma, Manuel Vallecillo, de 67 años de edad, fue despedido de su cargo como Oficial Mayor, el viernes de la semana pasada.
Vallecillo tiene un problema de movilidad, por lo que se traslada en silla de ruedas y además, la falta de sus dos brazos lo ha obligado a usar prótesis. Pero ni siquiera su delicada condición física detuvo las acciones de hostigamiento y acoso laboral de que fue víctima durante los últimos meses.
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«Estaba en mi oficina, llegó la jefa de personal y me dijo que llegaba a cumplir una misión que le había encomendado el alcalde Gustavo Mejía. Llevaba elaborado el cheque de mis prestaciones», relató.
Vallecillo indicó que no pudo negarse a firmar su despido, ante el temor de continuar siendo objeto de presiones laborales. Por lo que no le quedó otro camino que aceptar el mandato del alcalde Gustavo Mejía.
«No quise discutir, porque si me negaba, iba a recibir más hostigamiento. Entonces pensé en mejor aceptar las prestaciones», precisó.
Meses de angustia y hostigamiento
«En los primeros días del nuevo gobierno, comencé a trabajar con ellos. Íbamos para adelante con un plan operativo. De repente, empezaron a cambiar. Enviaba mi trabajo y le pusieron un montón de obstáculos. Empecé a notar que estaban ignorando mi trabajo«, detalló Manuel Vallecillo.
Recordó que el alcalde Gustavo Mejía prefirió pagarle a un consultor un trabajo que lo podía desempeñar él. Ese trabajo tenía que ver con el departamento de control tributario y de ingresos de la municipalidad.
«Por días enteros no recibí ningún trabajo. Me arrinconaron, estaba prácticamente solo en la oficina, sin internet, ni impresora. Esta situación me deprimía«, recordó.
Apoyo a compañeras de trabajo
Vallecillo cree que el despido le llegó por haber apoyado y asesorando a sus compañeras de trabajo que reactivaron el Sindicato de la Municipalidad de Choloma.
«Soy sindicalista, moriré siendo sindicalista. Soy dirigente comunal, y me gusta la política. Nadie me puede coartar la libertad de ser yo, de asesorar a alguien cuando me pidan un consejo», aseveró.
Detalló que el alcalde Gustavo Mejía intentó convocar en su momento para elegir una nueva junta directiva, como un acto que buscaba boicotear la iniciativa de crear el sindicato.
«Las directivas sindicales solo pueden elegirse con afiliados, y no con trabajadores. Los empleados pueden ser 200. Pero si hay 30 afiliados son los que pueden elegir a la directiva. Está establecido en el Código del Trabajo», apuntó.
A consideración de Vallecillo, las compañeras despedidas por la intención de crear el sindicato deben ser reintegradas a sus puestos de trabajo.
«Todas las personas tienen el libre albedrio de poder organizarse en lo que ellos consideren conveniente para defender sus intereses», finalizó.