Fin del calvario para Alberto Contador. El ciclista español, castigado por las caídas de las primeras jornadas y por un proceso febril, ha abandonado el Tour de Francia. En las primeras rampas de subida al puerto de Cantó, a 98 kilómetros de la meta de Arcalís, el pinteño se bajó de la bicicleta y se metió en un coche de asistencia de equipo Tinkoff, donde viajaba Faustino Muñoz, su mecánico de confianza.
Jornada nefasta para el español, que se levantó con fiebre y que en los primeros kilómetros de la etapa intentó meterse en la escapada buena. Pero sus intenciones chocaron con la debilidad física y la impotencia.
Adiós a toda una exhaustiva planificación de la temporada, donde la ronda francesa ocupaba lugar estelar. Ahora, su objetivos será los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y la Vuelta a España.
El corredor español ha afirmado repetidas veces durante estos días que su objetivo era pasar los Pirineos medianamente bien y relanzar su imagen en las próximas etapas duras de la segunda y la tercera semana. «En el día de descanso analizaremos la situación», afirmó.
Ayer mismo respondió a una pregunta sobre su posible abandono negándolo con rotundidad. «¿Cuándo me he bajado yo?», preguntó. Pocas horas después ha experimentado la situación. Ha saludado a los fotógrafos mientras se sentaba en el asiento delantero del coche de equipo y ha hecho un gesto elocuente: «No podía tomar otra decisión».
Según algunos medios, estaba previsto que Alberto Contador rubricara este lunes en el día de descanso de Andorra un nuevo contrato que le uniría al equipo Trek-Segafredo al menos durante 2017.
