REDACCIÓN. Desde la comunidad subártica de Yellowknife, Canadá, hasta la ciudad subtropical de Brisbane, Australia, científicos de más de 50 países están monitoreando la propagación del SARS-CoV-2 en las aguas residuales.
El número de programas de vigilancia se ha disparado durante el último año de una docena de proyectos de investigación a más de 200. Esto sucede tras el descubrimiento de que las partículas y fragmentos virales enteros se eliminan en las heces.
La información recopilada está ayudando a los científicos a rastrear casos y predecir aumentos repentinos. Pero, también sirve para identificar dónde apuntar las pruebas y estimar el número total de personas infectadas en ciudades o regiones.
Aunque la vigilancia de las aguas residuales se ha utilizado durante varias décadas para identificar brotes de poliomielitis y focalizar programas de inmunización y, más recientemente, para detectar el uso de drogas ilícitas, la pandemia ha traído un nuevo enfoque e inversión en ella como un medio de seguimiento de la salud pública.
“Siempre hubo interés en la epidemiología de las aguas residuales, pero ahora se ha disparado”, dice Ana María de Roda Husman, investigadora de enfermedades infecciosas del Instituto Nacional de Salud Pública y Medio Ambiente de los Países Bajos en Bilthoven.
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Proyectos de alcantarillado
Desde principios de 2020, los proyectos de alcantarillado del SARS-CoV-2 han despegado en todo el mundo a medida que los expertos en aguas residuales desviaron su foco para concentrarse en la crisis. Pero, la escala y el enfoque de los programas de vigilancia varían, según la gravedad de la pandemia en los países o comunidades.
La cantidad de formas en que se utiliza la vigilancia de aguas residuales es sorprendente. En los Emiratos Árabes Unidos, los investigadores han estado analizando las aguas residuales de los aviones comerciales. Ellos quieren ver si los vuelos entrantes transportaban pasajeros infectados.
Los científicos de Hong Kong están monitoreando las aguas residuales en los edificios de apartamentos. Esto se hace con el objetivo de encontrar infecciones no detectadas. También, en Yellowknife, los funcionarios de salud están analizando las aguas residuales para descubrir qué variantes virales han llegado a su ciudad.
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