El pasado viernes, la explosión de una cohetería en Copán, zona occidental de Honduras, dejó cuatro personas de una misma familia con quemaduras de gravedad. Todavía afectada y en recuperación, Doris Mejía de 28 años, contó los desesperantes momentos que vivió junto a su esposo e hijos.
Agustín Landaverde de 30 años, Eleázar de 7 años y Gredin Agustín de 10, también resultaron afectados en el incidente. Al parecer, Doris es la más afectada; ella presenta quemaduras en la mitad de su cuerpo y está en recuperación en el Hospital Escuela Universitario (HEU).
«Solo me acuerdo que me levanté a darle almuerzo al marido mío que llegó de trabajar y a los niños míos que habían llegado de la escuela. De ahí me acuerdo que me devolví a la mesa a seguir trabajando y de pronto sentí la explosión», dijo Mejía.
Comentó que antes de la explosión vio un chispazo en la marqueta de cohetes y que no pudo correr. «Yo quedé atrapada en la humazón después del bombazo que se escuchó; hasta el techo de la casa se voló, las paredes, todo se destruyó», contó con tristeza.
Lea nota relacionada: Copán: cuatro personas quemadas en cohetería, entre ellos dos niños
Los doctores explicaron que la mujer está viva de milagro. Doris Mejía tiene quemaduras de segundo y tercer grado. Además la superficie cutánea está afectada al menos en un 50 por ciento y se ha sometido a varios tratamientos.
Ahora que perdió su único medio de trabajo, la familia desconoce qué harán. Ella ganaba Lps. 190 por fabricar 30 paquetes de cohetes. «Es lo que nos queda. Mi esposo es un campesino y debemos mantener a tres bocas más. Además, nunca pensé que esto pasaría ya que tengo 4 años de trabajar así», recordó.
