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jueves, marzo 28, 2024

Adquirir pastillas de “curar frijoles”; tan fácil como comprar agua

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Tegucigalpa.- Adquirir las fatídicas pastillas para “curar frijoles”, causantes año con año, de la muerte autoinfringida de decenas de personas, es tan fácil en Honduras como comprar Acetaminofén y agua.

Así lo comprobó un equipo periodístico que demostró los pocos controles que existen en el país para vender este producto mortal para el humano.

Haciéndose pasar por ciudadanos comunes, varios comunicadores rondaron una agropecuaria de la capital para adquirir las pastillas.

Eran las once de la mañana. En el local se mezclaban muchos olores desagradables. El infiltrado estaba esperando que le atendiera alguno de los empleados.

Cliente encubierto

Con la grabadora del celular encendida en la bolsa de la camisa, el presunto comprador vio hacia todos lados; los estantes se encontraban repletos de muchos productos agrícolas con nombres extraños.

Todo comenzó cuando habían trascurrido unos siete minutos de estar en la agropecuaria. El dependiente, un joven de 20 a 25 años,  le preguntó al periodista encubierto: ¿en qué le podía ayudarle?.

El supuesto cliente le preguntó si tenía “pastillas de curar frijoles”, y cuál era su precio. El joven, con ojos asustados, le contesta que sí habían y a un costo de 20 lempiras el paquete de tres tabletas.

El infiltrado pidió con mucha naturalidad un paquete. Seguidamente el joven vendedor le solicitó su número telefónico y su identificación. Luego se procedió  a concretar la venta.

El dependiente ni siquiera  se fijó si la foto impresa en la cédula coincidía con el rostro de la comprador.

Finalmente, solicitó su firma, y le entregó la caja de pastillas, a cambio de dinero. La operación comprobó la fácil forma de adquirir este peligroso agroquímico.

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Algunos prefieren decir “no hay” pastillas

El equipo no se conformó con esta experiencia y siguió investigando en el mismo punto de la capital.

Sin embargo, en las otras tres agropecuarias del lugar visitadas  informaron que no contaban con ese producto en ese momento y que no sabían hasta cuando les llegaría.

Al día siguiente, el equipo periodístico decidió irse a otra zona en Comayagüela, y seguir con la investigación.

La respuesta era la misma, que no contaban con el producto en ese momento. Luego el equipo de investigación decidió probar suerte en un “mercadito”.

El infiltrado le preguntó a una trabajadora si vendían estas pastillas y ella le responde que no.

Ese mismo establecimiento, se preguntó a otro trabajador si sabía de algún lugar cercano donde las vendía. Este le respondió que en algunas bodegas cercanas las podía encontrar a cinco lempiras.

En Comayagüela también es fácil comprarlas

En esta zona, un «troquero», conocido de uno de los infiltrados, le dijo al equipo periodístico que conocía donde obtener las pastillas y se ofreció a comprarlas.

Seguido de cerca por los periodistas, el “troquero” ingresó a la agropecuaria y pidió las pastillas.

A él se las vendieron sin pedir identificación, todo esto frente a otros infiltrados que entraron segundos después para preguntar por el precio de otro producto.

El “troquero” agradeció al vendedor y salió del local. Luego dio unos pasos en dirección izquierda al grado que no lo pudiera ver.  Ya reunido con el equipo entregó las pastillas al periodista y éste le dio el dinero.

Esta vez no se trataba  de un paquete en bolsa, sino un pequeño tuvo. Cabe mencionar que no hace falta destapar el empaque para que el olor tan tóxico y penetrante se sienta.

Se despide el “troquero” y sin dudarlo dijo a su amigo que si ocupaba más lo buscara y haciendo broma que «con solo una pastilla quedaba cheque».

Estos ejercicios comprobaron dos hipótesis: la primera es que cualquier persona puede obtener el producto simplemente presentando la identificación; Y sin necesidad de justificar para que requiere el producto.

Y la segunda hipótesis es que se puede obtener esta pastilla con la ayuda de un “amigo” que tenga conocidos en los lugares donde se expenden los productos agropecuarios.

Las pastillas, causante de muchas muertes al año

De acuerdo con cifras del boletín del Observatorio Nacional de la Violencia (ONV)  en 2017 se registraron 396 suicidios a nivel naciónal.

El primer lugar lo ocupó la muerte por ahorcamiento o asfixia con un total de 193 casos, mientras las muertes por intoxicación ocuparon el segundo lugar, registrándose 147 casos.

De estos 147 casos se pueden desagregar los tóxicos o médicos, es decir, las muertes por ingesta de pastillas que prescriben los médicos.

La directora del Instituto Universitario en Democracia, Paz y Seguridad (IUDPAS), Migdonia Ayestas, informó que fueron 28 personas con Fosfuro de aluminio (nombre real de las llamadas «pastillas de curar frijoles»).

“Esto se convierte en una letalidad. Muchas veces las personas que se lo toman nunca sobreviven a ello y su elemento activo también es el fosforado”, agregó Ayestas.

Dosis mínima es mortal, según expertos

Según expertos, en un adulto, por lo menos 3 gramos ingeridos de Fosfuro de aluminio representa una mortalidad del 100%.

Las pastillas para curar frijoles y granos básicos son efectivas para causar la muerte, dado que están compuestas por carbonato de aluminio y amoníaco.

Otros ingredientes que tienen la función de estabilizar la velocidad en que se genera el gas fosfina.

La microbióloga Claudia Raudales explicó por qué estas pastillas son  letales en el ser humano. Detalló que “al entrar en contacto con la humedad la pastilla se expande cinco (5) veces su tamaño”.

“Al momento de la ingestión se desarrolla la toxicidad sistemática porque se distribuye la fosfina y se aloja hasta destruir la hemoglobina y eritrocitos; Aparte que se absorbe en los pulmones y dificulta o destruye por completo las vías respiratorias”, añadió.

El mayor índice de casos de suicidio por fosfuro de aluminio “se da más en ciudades intermedias”, finalizó Ayestas.

Caso omiso a la ley

En el año 2014, el diputado de la bancada del Partido Liberal, Yury Sabas, presentó la moción para crear una ley que tuviera por objeto la regulación en la venta de productos tóxicos. Esto debido a la alta cantidad de suicidios que se registraban con este método, especialmente por menores de edad.

Fue así como se aprobó la Ley para la Regulación de Venta de Productos Agropecuarios con Distintos Grados de Toxicidad.

La ley señala que los productos de uso agropecuario deben estar etiquetados con bandas de color rojo, amarillo y azul para indicar los grados de toxicidad. Esto es según la clasificación establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y Agricultura (FAO).

Igualmente,  los productos tales como: plaguicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes, herbicidas, desparasitantes.

Se une a la lista cualquier otra sustancia de uso agropecuario con contenidos tóxicos.

Todas las anteriores, únicamente pueden ser vendidos al detalle por casas o establecimientos agropecuarios y agroquímicos debidamente  registrados en el Servicio Nacional de Sanidad Agropecuaria (SENASA).

Esta dependencia antes mencionada es de la Secretaria de Estado en los Despachos de Agricultura y Ganadería (SAG).

Prohibida la venta a menores de edad

Por otro lado, dispone que el establecimiento expendedor bajo ninguna circunstancia  pueden vender productos con etiquetado rojo a menores de 21 años de edad.

Los productos etiquetados amarillo o azul se pueden vender a mayores de dieciocho (18) años; previa acreditación de su labor en el campo de alguna asociación de productores.

Por otro lado, la ley manda exigir identificación al comprador y llevar un registro de las ventas realizadas.

Indicando además del nombre y tarjeta de identidad, el uso que éste le dará al producto y el lugar donde lo utilizará.

La ley además prevé dar mayor rigurosidad al control de venta de pastillas de Fosfuro de aluminio en sus distintas denominaciones de marcas y que son conocidas como pastillas de curar frijoles.

Ordena támbien colocar en lugares visibles del establecimiento las regulaciones de venta que señala esta ley.

El antídoto

En los establecimientos donde se vendan productos agroquímicos están obligados a comercializar también el antídoto correspondiente por los daños que pueda ocasionar el uso inadecuado, si existe.

En la investigación realizada por el grupo de periodistas se logró comprobar que de estas disposiciones que exige la ley no se cumplen la mayoría.

Si bien al momento de comprar la pastilla en una de las agropecuarias se le exigió al periodista encubierto su identificación, el dependiente no revisó minuciosamente los detalles de ésta.

Por ejemplo, la fecha de nacimiento para comprobar la edad y corroborar que la fotografía coincidiera con el cliente, mientras en el otro establecimiento ni siquiera le exigieron la identificación al “Troquerito”.

En ninguno de los establecimientos visitados le preguntaron al comprador para qué ocupaba la pastilla ni el lugar donde la utilizaría.

Tampoco le exigieron la acreditación de labor de campo de alguna asociación de productores; pasando por alto la ley que exige mayor rigurosidad al control de las pastillas de Fosfuro de aluminio, o “pastillas de curar frijoles”.

Método rápido y efectivo

Según explica el doctor Carlos Antonio García Argueta, no existe probabilidad de salvar a una persona que ingiere estas pastillas.

“Provoca fallas y daño a nivel de todos los aparatos y sistemas del organismo, falla renal y por ultimo una falla multiorgánica que lleva a la muerte”, dijo Argueta.

Un testigo, a quien llamaremos José para proteger su identidad, relata como su hermano menor Daniel, como lo llamaremos, se quitó la vida en el año 2014.

José asegura que Daniel “fue por su propia cuenta a una agropecuaria a comprar las pastillas, no le pidieron absolutamente nada; solo le preguntaron si era mayor de veintiún años”.

Esta información brindada por el hoy occiso era falsa, pues al momento de su muerte tenia veinte (20) años de edad.

En el momento en que Daniel ingirió la pastilla se encontraba solo en la casa de su padre.

Mientras que su hermano José y su padre habían salido a realizar sus labores diarias, su madre no vivía en el país en ese momento; José, con voz triste narra que ellos lo vieron hasta que estaba interno en el Hospital Escuela Universitario (HEU).

José explica que estando en la camilla del hospital su hermano “básicamente lo que sentía era un ardor interno en la boca del estómago; lo que él sentía era que se le quemaba todo internamente, no podía ver, quedo básicamente ciego, realmente no comentaba mucho, solo que le dolía no pudo decir más allá de eso”.

Lavado de estómago

Los doctores practicaron lo que se realiza comúnmente cuando una persona muestra síntomas de haber ingerido algo tóxico, un lavado de estómago.

Este procedimiento no brinda solución al problema, ya que la “pastilla de curar frijoles” lo que hace es que al entrar al sistema digestivo por la boca; empieza degradar todas las enzimas provocando un lesión a nivel celular.

Luego a nivel de los tejidos, o como explica el doctor García Argueta “se podría decir vulgarmente que empieza a matarte desde que entra por la boca».

Agregó que cuando llega al estómago, ya ha hecho daños, ya en toda la mucosa del tracto digestivo superior, esófago, la boca eso lo va dañando”.

José fue quien estuvo al lado de su hermano durante el tiempo que se encontraba interno, “me decía que quería irse a casa, que supuestamente se las tomo por equivocación, por un desamor».

Realmente que él no quería estar así como se encontraba en ese momento, él esperaba salir bien cuando le hicieron el lavado de estómago en el hospital”, lamentó José.

Trastorno afectivo

Los factores que influyen están algunos trastorno afectivo que afecten directamente a la parte emocional de la persona.

también pueden ser psíquicos como la esquizofrenia, trastornos de personalidad como los psicópatas o sociópatas.

Otros con una conducta suicida las personas que abusan de sustancias psicoactivas como cualquier tipo de drogas como la marihuana, la cocaína y la heroína.

Población  propensa al suicidio

En Honduras el grupo más propenso al suicidio con productos que sirven para la agricultura, son las personas entre 20 y 40 años.

El psicólogo Jonathan Gómez, explica que para conocer cuáles son esas razones “tendríamos que ver cuál es la herencia; cuál es la historia de vida del paciente».

Sin embargo, resalta que otro de los factores que provoca que las personas tomen la decisión de suicidarse son los eventos estresantes.

Por ejemplo, un divorcio, una separación, la muerte de un ser querido. Otros eventos puede ser las pérdidas financieras, pérdidas de trabajo, problemas legales.

Se une  la lista los  acontecimientos negativos, conflictos, relaciones interpersonales lastimadas, en fin.

Así como Daniel existen muchos hondureños que toman la fatal decisión de suicidarse ingiriendo las vulgarmente llamadas “pastillas de curar frijoles”.

José no notó en su hermano señales que le indicaran lo que estaba sucediendo en su vida.

Como él son muchos los casos de personas que pierden a familiares o seres queridos debido a la ingesta de este tipo de pastillas.

Es por eso que siempre se debe brindar atención a las personas cercanas de nuestro entorno.

Estar atentos a cualquier tipo de señal de tristeza o problema que este enfrentando debe ser atendido.

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