Redacción. El caso del joven de 27 años capturado el pasado jueves por la Policía Nacional, acusado de abusar sexualmente de su hermanastra de 14 años en Danlí, El Paraíso, encendió las alarmas por su manera de dañar a la víctima.
Además de la indignación causada por el abuso que él cometía, lo que también llama la atención es que el agresor, para protegerse y callar a la víctima, la amenazaba con hacer lo mismo a sus hermanitas menores si ella se atrevía a denunciarlo o a contarle a sus padres.
Abuso anclado en intimidación
Las investigaciones revelan un patrón de abuso que se remonta al 11 de noviembre de 2022. Ese día el sospechoso llegó en estado de ebriedad a la vivienda y, aprovechándose de su fuerza física, agredió sexualmente a la menor. Sin embargo, el horror no terminaba allí.
El expediente investigativo detalla que cada vez que el ahora capturado abusaba de su hermanastra, la amenazaba cruelmente con agredir también a sus hermanitas si contaba lo ocurrido. Esta brutal estrategia de intimidación fue clave para mantener a la víctima en silencio y al agresor impune durante un tiempo.
La justicia empieza a actuar
Finalmente, la justicia comenzó su curso. El 30 de marzo de 2023 se emitió una orden de captura contra el acusado por el Juzgado de Letras de Danlí, por el delito de violación en perjuicio de una menor de edad.
El pasado jueves su captura se llevó a cabo en la aldea San Juan de Linaca, en Danlí, donde residía el imputado. Tras su aprehensión, será puesto a disposición del tribunal que emitió la orden, para continuar con el proceso legal correspondiente.
La Dirección Policial de Investigaciones (DPI) ha recalcado que mantiene operativos con el objetivo de detener a personas implicadas en delitos sexuales y otros ilícitos.